La vida es cruel

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Aullándole a la luna.

Muchas veces me pregunto ¿Por qué nadie quiere que este a su lado? ¿Por qué me ignoran, Acaso no soy igual a ellos? Las noches son más oscuras y frías cuando se esta solo. Vagar por un interminable bosque tupido de gigantescos arboles, hacen que mi corazón se contraiga millones de veces mas rápido de lo normal.

Tal vez mi pelaje no sea igual al de ellos y el color de mis pupilas, pero ¿Acaso no tengo el mismo derecho de ser feliz y tener amigos? Aun no lo comprendo… siempre me encuentro solo aullándole a la triste luna, buscando consuelo en los altos y profundos acantilados. La soledad invade mi alma y mi ser, obligándome a agachar la mirada siempre delante de los demás, siempre triste y solo como si mi vida no valiera nada.

Muchas veces camino entre la neblina de la noche buscando a mi alma gemela, pero… ella no responde a mis llamados ¿Acaso nadie querrá amarme? Mi mirada se pierde en la tenebrosa oscuridad, mi sangre fluye por mis venas tratando de soportar la soledad. “Amor dame una señal, dame al menos una esperanza de que realmente existes, de que eres tan real como mi dolor; Viento pasajero lleva mis aullidos donde mis penas descansaran y si no existe tal cosa mejor déjame escuchar mis lamentos una y otra vez”.

De nuevo le lloro a la luna, a las estrellas, al viento, a la tierra, al mar y a mi tristeza; sólo quiero ser amado como los demás, sólo quiero ver que alguien me de una tierna sonrisa, nada más que eso ¿Soy egoísta por desear la felicidad de mi alrededor? Hoy es un día frío y desolado, la manada decidió ir por otros rumbos, pero me quedó claro que a mí no me querían allí, así que me dejaron sin al menos despedirse, mi corazón llora sin consuelo, mi alma se quiebra en miles de fragmentos diminutos imposibles de volver a unir.

¿El ser diferente hace que no pueda amar o ser amado? Soy un lobo solo y vagabundo, sin rumbo fijo en la vida. Mi sol se apago hace mucho tiempo, vivo en tinieblas, tanteando el camino que me depara el futuro, sumergiendo mi cuerpo en mis interminables lágrimas. Muchas veces escuche “allí va ese bicho raro ¿Qué se cree él para caminar delante de nosotros? Cosa como esa no deberían existir” y es allí donde mi corazón se vuelve pequeñito y frágil, y sin aviso brotan mis pocas lagrimas. Y de nuevo vuelvo al solitario barranco y comienzo a aullarle a mi triste luna, sólo ella es mi fiel compañera en estas tristes y solas noches ¿Acaso será ella mi eterno amor? Y… si lo es de todas formas es un amor imposible jamás podre llegar a ella, así que mi mirada vuelve al suelo, pero esta vez más desoladora que antes, pues mi verdadero amor es inalcanzable e intocable.

Ahora le grito al cielo con gruesas lagrimas en mis cristalinos ojos ¡por que señor estoy tan solo, no quiero vivir así, no quiero estar nunca más solo, odio el silencio y la soledad, detesto las miradas frías y llenas de rabia! Vuelvo y le aulló a la lejana luna de mis tristes sueños, a las estrellas que presumen de su felicidad tiritando en el firmamento, al viento que se burla de mi desgracia repitiendo mis lamentos.

Estoy tan solo, siento frío y mucho dolor ¿No hay nadie capaz de amar a este solitario lobo? Ya veo… así que vuelvo a mi barranca a aullarle a la luna para ver si alguna vez ella pueda escuchar mis lamentos y tal vez algún día volteé la mirada y vea a este solo y triste lobo.     

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