El pequeño gran milagro

Prólogo

Para las personas siempre hay cosas importantes; lo material, el dinero, los amigos, los viajes, el tiempo..., la felicidad. Todo aquello que los hace sentir, bien.

¿Y qué si pienso que son solo "estupideces"? ¿Qué por todo lo que te preocupas en realidad, no tiene sentido? ¿Quieres saber por qué?

Porque lo material no interesará cuando ya no estemos aquí...
Porque el dinero no hace más que volvernos exclavos de lujos y comodidades innecesarias.
Porque la palabra, "amigos" es demasiado grande para que la falsedad e hipocresía, sepan de ella.
Porque no hay viaje más extraordinario y emocionante qué el que, vivimos día a día.
Porque el tiempo solo importa, cuando le damos el uso debido.
Porque la felicidad está en cada instante, cada rincón, cada acto de humanidad hacía el otro.
Porque la palabra "bien", es demasiado buena como para conocerla.

Así es, pero no lo creerías asi de fácil. Porque para entenderlo debes sentirlo, padecerlo, compartir el dolor, vivirlo... Vivir cada caída, cada obstáculo, cada prueba.

Y si quieres comprender solo un poco, adelante... ¡atrévete! Te invito a conocerme, pero te advierto que la mayoría de las cosas no son agradables, mucho menos falsas o prometedoras, porque la cruda realidad te azotará más de una vez, te lo aseguro.
Si eres lo suficientemente valiente o solo quieres sacarte la venda de los ojos... Aquella que te impide ver más allá, la locura más importante y maravillosa que tenemos, la vida. Y lo mejor que podemos hacer con ella, vivirla.

Pero primero empezaré por el principio, como cualquier historia.
Me llamo Devan Wardley y tengo veinte años. Pero ésto lo escribí mucho antes, cuando solo tenía nueve, en la fría, desolada y vacía habitación del hospital Gropshon. Pero no tengas miedo, aún no llegamos a esa parte, aquella que marcó un antes y un después en la vida de un niño que solo quería ser como los demás. La parte en la que descubro que tengo cáncer. Y a partir de allí, comenzó todo.