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Cada quien elige su camino, tal como aquella golondrina que solo anhela su libertad...pero sigue encarcelada en esa jaula por quienes se creen su dueño.

Pobre golondrina, nunca fue libre desde que creció en su huevito hasta que se transformó en la bellísima ave que se observa actualmente.

Siempre prisionera en esa jaula, añorando que alguna instancia pueda desplegar sus alas y sentirse libre en su vida, pero todo aquello es su ilusión, su delirio...

Cantando muy acongojada para los dueños de su prisión, finge cantar con alegría y gozo para tener presente la mascara de una golondrina vivaz.

Pero por dentro aquella golondrina muere lentamente al fingir durante años, sus carceleros deciden abrir la jaula...con la condición de tener encadenada una de sus patitas para que ella no escape.

Algo es algo suspira apesadumbrada. Entrenando sus alas para volar algún día libremente tal como lo hace en aquellas ilusiones cuando tan solo era una avecilla.

Hace cuarenta y ocho lunas conoció a un golondrin, algo solitario pero muy alegre. No esperaba que ese golongrin tan peculiar se acercaría a la golondrina y cambiaría la vida tanto de ella como la de el.

El golondrin se acerco a la golondrina alegremente ya que para el aquella golondrina era algo más de lo que demuestra con esa mascarilla que al resto engañó pero a el no y eso investigaría, conocería todo sobre ella.

La golondrina escondía con hojas y ramitas la cadena que la tiene prisionera, al sentir la presencia del macho para nuevamente fingir que es feliz y no levantar sospechas de su depresión inminente.

El en cambio había presenciado todo lo que realizo antes de su llegada, no sabia que sentimiento demostrar por ella, comprendió el por que no volaba más allá del metro, tomo su decisión el será su amigo pero no de una máscara sino de la verdadera golondrina.

Trascendió el tiempo y algo cambio en ellos eran mas cercanos, con treinta y seis lunas de su amistad. La golondrina guardo su mascara y a su vez sin darse cuenta se enamoro del golondrin, pero tenia de lo que pudiera ocurrir si le decía al golondrin.

El por su parte también se había enamorado de la golondrina al conocerla bien sin las máscaras que ella creaba, eliminando completamente la depresión que estaba acabando con la vida de su golondrina, hoy será el día que confesarían sus verdaderos sentimientos sin tener conocimiento de lo que les depara el futuro.

Nuevamente se reúnen, se nota el nerviosismo de ambos hasta que cantan una melodía demostrando un amor naciente y verdadero tal como la leyenda japonesa del hilo rojo del destino.

Ambos dependían uno del otro, eran felices transcurrieron doce lunas y cinco lunas que confesaron su amor, por desgracia aquellos días de verdadero amor corrían peligro al saber que los carceleros se percataron del golondrin para sorpresa de la parejita liberaron la patita de la golondrina con la condición de que vuelva al anochecer a su jaula.

Transcurrio otra luna a pesar de haber dejado su cadena en el pasado, aún tenía miedo pero el golondrin le daba paz y ese tema menguaba hasta que noto que cada vez más las plumas de sus alas yacían mas cortas, los carceleros cada vez que la golondrina dormía ellos con sumo cuidado y sin despertarla cortaban sus plumas para que no intente escapar con el golondrin

Y sin más sus celadores antes que salga a su encuentro cortaron completamente las plumas de sus alas, su cantar enmudecio, lentamente saltaba al avanzar. Por su parte el se preocupo, ella siempre fue puntual pero aquel día no apareció, estaba por emprender vuelo en su búsqueda hasta que ella llego a su encuentro pero no cantó con alegría, el observo sus alas casi no tenia sus plumas, el solo la acuno entre sus alas y cantaba suavemente, ella lloro hasta quedar dormida.

¿Cómo era posible que le causarán tanto daño? El golondrin le prometió en nombre de Gaia que se la llevaría lejos de esa jaula y los celadores. La golondrina estaba dolida comenzó nuevamente con aquella depresión de antaño, su máscara comienza entre aparecer y fragmentarse ¿Hasta donde podría aguantar?.

El solo pudo acompañarla hasta la jaula, allí contemplo con tristeza como cerraban con varios candados la jaula asi pasando su sexta luna.

Nuevamente el tiempo trasciende y con ello el dolor y la tristeza de la golondrina, cada vez que crecían las plumas de sus alas, no basto con ello para encadenar ambas patitas con largas cadenas. Eso alerto al macho, debía darse prisa si quería salvarla de lo contrario todo lo que alguna vez fue alegría se tornaría en amargura.

Cada día solo podía calmarla cantandole a través de la jaula...hasta que sale uno de los celadores lo descubrió, ella asustada por el destino de él, como puede dobla algunos los barrotes e intenta ayudar a su compañero. Lo que sucedio después dejo un absoluto silencio, ella en su intento salto y se interpuso entre ambos, el golondrin esperaba el golpe final, sin embargo instantes antes escucho un trinar desgarrador y al ver su golondrina su corazón se fragmentó...el celador rompió las alas de la golondrina...

Ella solo sentía dolor, solo lloraba en silencio cuando el celador la tiro como si se tratase de basura nuevamente a su jaula, el golondrin se sentía pésimo al ver a su amada de esa manera, no podía hacer nada.

Dos días pasaron desde aquel accidente y los celadores se sorprendían que la golondrina no emitiera ningún tipo de sonido y finalmente aquella máscara se rompió demostrando solo dolor tristeza y odio. Por más que intentaron reparar sus errores con la golondrina pero todo fue vanamente a excepción de acomodar sus alas que aún podía tener arreglo pero ella solo atacaba fríamente a los celadores, primero opta su muerte a que la vuelvan a tocar.

Los celadores notaron el cambio de la golondrina y se lamentaron por el daño que le causaron pero no querían que ella sea libre, ella era su alegría, la llave de su paz, pero de que les sirve ahora...esta rota y no vale nada...no canta...no vuela...solo estorba en esa jaula pero siguen conservandola.

El golondrin solo podía observala de un árbol cercano, su agonía era escuchar como ella intentaba acabar con su vida a cada instante que se acercan a la jaula, con paciencia espero que los carceleros durmieran para ver a su golondrina y llevársela lejos.

Al anochecer y no sentir a nadie en pie se acerco a la jaula y la contemplo para cantar suavemente y ella despertó, se miraron para que ella reaccionara, no deseaba separarse de el así paso su séptima luna.

Siete lunas, lo mejor que pudo pasarle a la golondrina en el cual logro ser ella misma y amo al golondrin, ella podía morir en paz después de todo no puede ser egoísta madre Gaia le dio amor y felicidad aunque por poco tiempo.

El golondrin rogaba a madre Gaia que ella se quedara a su lado que no se la lleve que aun tiene mucho por delante, consiguió doblar los mismos barrotes de esa jaula y la saco con delicadeza para cantar su canción del corazón al comenzar a sentir que la calidez de su amada desaparecía.

Gaia enternecida y nostálgica decide intervenir por primera vez, entre sus manos tomo a la parejita y desaparecio en la espesura del bosque.

La parejita solo siente calidez en manos de madre Gaia, la paz volvio en la golondrina sus alas no sentían dolor,solo sentía tranquilidad. Debido a que madre Gaia otorgo su bendición, curo todos los malestares de la golondrina, concediendole el favor al golondrin...entre susurros del viento se escucho la voz de madre Gaia:

Ahora es tiempo de ser felices...

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⏰ Última actualización: Mar 14, 2018 ⏰

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