Sin ética ni moral

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                                            Capitulo I

Me llamo Xavi Martí Sanz y mi historia empieza pronto, en el instituto, concretamente en su final. Tenía una vida por delante, mil cosas y sueños que realizar antes de que me creciera del todo la barba y fuera esclavo de algún trabajo que me gustara, pero que finalmente acabaría odiando cada día mas hasta llegar a mi jubilación; donde nunca podría disfrutarla, ya que... ¡sorpresa! Soy viejo, pero antes de todo esto debía estudiar en la universidad. Con el fin del instituto llego la charla en mi casa de que debo hacer con mi vida y por supuesto que voy a estudiar, nunca lo había decidido me atraía el cine pero sería una locura pronunciarme en casa diciendo que iba a estudiar cine, por otro lado mi madre siempre quería que estudiara alguna ingeniería o economía, como ella decía, algo con lo que ganar dinero en la vida. Sin saber que hacer en el instituto no me había ido mal y era un chico que sacaba buenas notas con poco esfuerzo e interés, por lo cual como siempre se me había dado bien contar historias decidí estudiar la gran carrera de historia, pero lo que realmente se me daba bien era la mentira... el gran arte de mentir lo llevaba inscrito en mi ADN, no se distinguía si mentía o no; conocía todas las estrategias y las hacia tan elaboradas, largas y completas que no se distinguían como mentira. Esta afición empezaría en el colegio, de pequeño, con la típica mentira de mi tío es futbolista... el caso es que mientras los otros chicos decían que sus tíos y familiares eran cantantes, futbolistas, etc. Yo me decantaba por algo mas creíble como que era el vecino del presidente de una gran compañía de refrescos de color marrón y sabor a mi parecer horroroso del que nunca sabréis la marca; y así todo el mundo creía mi mentira hasta tal punto de que los profesores se lo preguntasen a mis padres. Ya mas crecido y empezando el instituto acrecenté estas mentiras y al mismo tiempo las elabore aun mas. Mientras mis amigos tenían ídolos como futbolistas, actores o cosas así; yo me decantaba por un ídolo un tanto peculiar Frank Abagnale Jr. Le conoceréis por ser el protagonista de la gran película Atrápame si puedes, un gran mentiroso y que realizo gran cantidad de fraudes a la hacienda pública y mi mayor sorpresa llego cuando el protagonista era real y su historia verídica, fue entonces cuando realice mis primeros pinitos imitándole con la primera falsificación de notas teniendo yo 14 años, aun tengo esa maravilla colgada i enmarcada en mi despacho. Mas adelante esta estrategia que era la mentira la extrapole a un bien mayor, que el de no ser regañado por mi madre o ser el tío mas popular del instituto, el bien de las chicas. Considerando que todos mis amigos empezaban a relacionarse con ellas y puesto que yo no tenía un gran atractivo me serbia de mi apariencia de buen chico y mis mentiras para ser interesante y atraer al género opuesto. Por supuesto no funcionó, tenía 15 años a esas alturas no buscaban mentiras piadosas o un buen chico si no una moto con la que poder recorrer el pueblo y alrededores, esa sería mi gran lucha en mi casa que finalizo con la compra de una bici, según mi padre decía... "es como una moto, pero mejor porque haces ejercicio" (un clásico).

Volviendo al tema anterior en mi casa fue recibido con alguna mueca de mi madre que arrastraba una mezcla de indiferencia y de inseguridad, pero si era lo que quería, ellos me lo iban a respaldar. En realidad era la única vez que tenía ganas de empezar el curso y ver como era la nueva vida en la universidad, partiendo de un pueblo pequeño y llegando a la ciudad con piso compartido de estudiantes, se abría un nuevo mundo y una gran experiencia. Tenía todo por empezar y con ganas, siempre pensaba que ahí llegaría lo bueno estaría a gusto con todo y sin pegas; pero tranquilo...ya llegarían.

Ya en septiembre cuatro amigos entrabamos al piso por primera vez; un piso engañoso con olor a nuevo pero con tintes a época de los 70 que eran perfectamente descritos por sus muebles de madera y por sus ventanas las cuales costaba dar el gusto de abrir para ventilar un piso que en un futuro necesitaría un aire nuevo, puesto que estaría ocupado por 4 adolescentes que...bueno, supongo que no hace falta decir nada mas. Después de aposentarse en nuestra nueva vivienda, empezamos a establecer parámetros para la limpieza, respetarse nuestras cosas y tener un orden para una mejor convivencia; esto era una idea que aun hoy 20 años después no se ha producido. Y llego el primer día, me encontraba yo en la puerta de la universidad donde pensaba que iba a adquirir conocimientos que me apasionarían y motivarían mi posterior graduación para encontrar el trabajo de mi vida; suena tan bonito que como veremos no sería así. Mi primer paso en clase fue un tanto raro, más que nada porque di un mal paso quitándole un zapato a mi compañera que se encontraba delante haciendo que esta callera delante de todo el curso...cabe decir que no conocía a esta nueva compañera y que no le caería nunca bien, quizá por ese mal paso, quien sabe. Después de esta indisposición nos sentamos y los profesores nos empezaron a guiar sus correspondientes asignaturas y pasaría poco el tiempo hasta que me llegaría una hoja por parte de mi compañero de al lado, al parecer se trataba de poner los nombres y teléfonos para crear un grupo de whatsapp y así ir conociéndonos todos, claramente era la mejor idea que habían tenido esa mañana. Ya al final de las clases esta idea se puso en práctica y quedamos todo el grupo en un bar de los quintos llamado "Primos"; cuando entre a dicho bar me pareció el típico antro sin ventanas donde todo está sucio y olía mal, pero cuando mas iba a ese bar menos notaba el olor que desprendían sus barras y sus futbolines hasta el punto de desaparecer de mi pituitaria y es que ese bar tenia algo con su gente desprendía un buen rollo, un rollo de tranquilidad que siempre iba acompañado de una buna música que no se ponía en ningún bar conocido de la capital, ya que por fin encontraba un bar donde la gente hablaba de temas interesantes y musicalmente se abría paso entre el reggaetón y la música que proviene de un ordenador y ponía música de verdad, música de instrumento y voz; tal música que nos transmitía en cada canción, en cada grupo un atisbo de tranquilidad y un refugio en nuestra vida. Como veréis este bar se convertirá en mi escape después de cada día mientras esperaba no verme convertido en un protoalcohólico que se reúne todos los días en un bar y no quiere ver la luz del sol, siempre a la sombra de una jarra de cerveza.

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⏰ Last updated: Mar 14, 2018 ⏰

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