Cambio De Ambiente

21 1 1
                                    

Desde que tuve uso de memoria, estuve viviendo en casa de mi abuela, ella era una mujer muy amable y linda, solía consentir en cada momento, pero eso también traía una gran responsabilidad; tenía que ser una nieta dedicada a mis estudios, y acomedida en los quehaceres de la casa. Mis padres decidieron dejarme con ella ya que mi abuela había quedado sola, además de que vivía en la ciudad, mientras que ellos vivían en un pequeño pueblo. Para mí todo era más fácil estando con mi abuela, a pesar de ser una persona mayor, me entendía y sentía que compartíamos un espíritu libre, todos le decían lo mismo, que se veía joven para sus 60 años, la verdad es que no solo se veía joven su alma era muy jovial y eso lo adoraba.
Hasta que un día de la nada le dio un fuerte dolor de cabeza, me dijo que se recostaria, un momento para ver si así se le calmaba el dolor; pero ya no despertó. Los médicos dijeron que había sido un cuagulo en la cabeza, yo simplemente no lo entendía. Como vez irse a acostar a una persona, tan sana y a los minutos saber que ya no despertara, saber que ya no la volverás a ver, hablar con ella mucho menos abrazarla.
Lo único que podía pensar es. La muerte es parte de la vida, nadie es eterno, solo las cosas buenas que haces por la personas, y los buenos recuerdos que dejas, es lo único que queda efímero, ella me compartió aprendizajes, bellos momentos, eso jamas lo olvidaré. Y también me quedo con saber que siempre estuve a su lado, para apoyarla, cuidarla pero sobre todo amarla, así que no tendría porque quedarme triste por su partida, ella ya esta en un lugar mejor, descansando y aunque extrañe sus abrazos su compañía y sobre todo sus consejos, mi abuela siempre estará en mi corazón, lloraré todo lo que sea necesario por que se fue, la mujer que me enseñó lo hermosa que es la vida, lo que significa dar una sonrisa a la vida, un buen abraso a los amigos y también llorar para no quedarte con ningún sentimiento.
Ese día me sentía como una zombie, y quizás también con. O metáfora, me estaba comiendo mi propio cerebro con tantos recuerdos. Todas las personas presentes <que eran demasiadas> me daban el pésame; pero yo solo veía caras, no reconocia a nadie, ni a mi misma, mis amigos también se encontraban presentes pero ni ellos lograron animarme.
Creo que ese día se rompió algo en mi alma y con mi abuela murió una parte de mi. Quizás eso me hizo madurar más de lo normal, pero no solo eso sería lo único que me ayudaría a ser la mujer que ahora soy.
Aún que en esos momentos no sabia lo que me esperaba, no se comparaba, lo que estaba pasando con lo que venía.

La primera huella en mi corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora