𝓼𝓸, 𝔂𝓸𝓾 𝓪𝓻𝓮 𝓷𝓸𝓽 𝓰𝓸𝓲𝓷𝓰 𝓽𝓸 𝓽𝓪𝓵𝓴?

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❝━━y bien, ¿tienes algo que decir?


La vena en el cuello de Minseok podría estallar en cualquier instante. Podía echarle la culpa a cualquier cosa realmente: su madre quejumbrosa que no paraba de llamarlo para que se vieran, los miles de asistentes inútiles que había despedido en un lapso de tres semanas, su novia que no dejaba de lanzarle indirectas para que vivieran juntos a pesar de que esto fuera apresurado, el café frío que su torpe y recién despedido asistente le habia traído, ¡Hasta podía culpar al niño que inocentemente despeinó su cabello en la fila para comprar otro cafe! Pero se mentiria vilmente si dijera que alguna de estas razones era el motivo del desastre que llevaba en su vida, no, porque este tenia nombre y apellido: Kim Jongdae.

No entiende cómo es que su compañero de toda la vida, su mejor amigo, aquel ser de explosiva actitud había revoloteado en su planes perfectamente trazados desde hace trece años, y la verdad era que Kim Jongdae era un dolor de cabeza. La primera vez que Minseok coincidiò con este fue cuando tenía catorce años y la pubertad apenas tocaba sus puertas, para ese entonces el susodicho en cuestion tenia doce años e incluso así se las arreglaba para ser un ruidoso molesto y contestón adolescente con una actitud odiada por todos en su vecindario.

—¿Y tu que me ves? — Fue lo primero que escuchó decirle, Minseok tenía curiosidad sobre Jongdae, y su reputación como el huérfano de  molesta actitud.—Así que, ¿No vas a hablar?

Y como un efecto inmediato el tímido Minseok de catorce años construyó lo que podría llamarse una amistad  con el menor, Jongdae lo impresionaba siempre, cada vez que este irrumpía sin ningún pudor en su habitación, cuando este le recitaba sus anécdotas sobre que le robo a quien y como se le insinuó a la hermosa chica del instituto. Jongdae era alguien indomable, un espíritu libre, alguien completamente diferente a él. Minseok solía acompañar a Jongdae en sus menos aventureras ideas, tambien disfrutaba la compañia de este cuando se aburria en casa y le brindaba apoyo emocional cuando este no deseaba quedarse en el orfanato.

Jongdae era más que una actitud rebelde, y eso él lo podía ver.

Pero cuando Minseok cumplió diecinueve listo para independizarse le tomó de sorpresa cuando su alocado amigo de diecisiete se presentó en su casa diciéndole que era gay . Y ya no eran niños, y ya Minseok había dejado atrás al adolescente de mejillas regordetas, tímido de aspecto adorable, Jongdae había también tomado una forma masculina más notable,  y su atractivo había explotado y por supuesto, mantenía la misma actitud.

  —Así que, ¿No vas a hablar?  —Pregunto el menor en una risa nerviosa, y era la primera vez en que Jongdae se mostraba nervioso ante alguien y Minseok lo entendía: la opinión suya era importante para él y en el fondo Minseok se sentía bien, se sentía feliz de ser el único importante en la vida de Jongdae.

Y como todo buen amigo, apoyo a Jongdae asegurándole que su identidad sexual jamás supondría algún problema en su amistad, sin saber que sus palabras tal vez perdieran validez con el tiempo. Y así fue como Minseok logró entrar a una prestigiosa universidad e irse a vivir en Seúl dejando a su amigo el indomable atrás, el de la actitud rebelde quien con ojos vidriosos se despidió de él en la estación de trenes asegurándole que de todas formas no lo iba extrañar.

Minseok rió y le dijo lo mismo.

Luego de esto, a la edad de veintidós años y con tres años completados de carrera, Kim Jongdae vuelve a entrar a su vida, esta vez mucho más crecido, atractivo, independiente pero aún con la misma actitud de adolescente rebelde que parecía no dejarlo nunca, había algo diferente y nueve entre ellos, algo que Minseok evitó a toda costa, Jongdae seguía siendo el mismo relajado de siempre solo que ya no robaba, estudiaba canto y obviamente no coqueteaba con ninguna chica.

(♢)ᴘʀᴏᴜᴅ | xiuchen;; OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora