Sé que lo vi

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 No paré de correr en ningún momento, por más que nadie me perseguía, o al menos eso creía yo. Necesitaba descargar toda la adrenalina acumulada y la mejor manera de hacerlo era corriendo.

 Cuando menos me di cuenta ya estaba en casa. Entré rápido, cerré la puerta tras de mí y me quedé apoyada sobre ella un buen rato, tratando de recobrar fuerzas y que el oxígeno llegue a mis pulmones.

 Me acerqué a las escaleras y me senté en el segundo escalón. Repasé todo lo que sucedió desde el momento que dejé mi casa para matarme hasta cuando vi a aquel chico que aparecía y desaparecía conforme si lo observaba o no a través del vidrio de aquel local de ropa.

 En primer lugar, ¿por qué había querido matarme? Estoy de acuerdo con que mi vida era una mierda y no valía nada, pero nunca creí llegar al punto de querer morir literalmente. Eso era algo que analizaría después.

 En segundo lugar, ¿quién era ese chico y por qué no pude verlo cuando no lo observaba por aquel espejo? La forma en la que me observaba era… inquietante. No pestañeaba, no se movió ni un milímetro. ¿Cómo podía desaparecer, así como así, cuando yo me daba vuelta para verlo pero volvía a aparecer en cuanto miraba el espejo? No podía ser, era imposible, nadie podía moverse tan rápido. Además, podría reconocerlo entre millones de personas. Era inconfundible. Si no me hubiese dado tanto miedo diría que era muy… no sé si decir ‘’perfecto’’ pero supongo que esa palabra le quedaba bien. Su pelo era negro, por lo que vi era bastante alto y los ojos… Dios, sus ojos eran de color miel claros. Sea como sea, me transmitió mucho miedo. Me miraba de una forma que creí que sacaría un cuchillo en cualquier momento para matarme ahí mismo. Y no, no exagero. Como dije, lo reconocería en cualquier parte.

 Me paré y caminé hacia la cocina, tenía la garganta seca y la cabeza me dolía por culpa del golpe al caerme. Busqué un calmante mientras abría el grifo y serví agua en un vaso que tenía a mano. Cuando el líquido y la pastilla pasaron por mi garganta tuve el impulso de salir a la calle y gritar ‘’ ¡estoy viva imbéciles!’’ y volver corriendo a mi casa.

 Sí, al parecer el hecho de que casi haya muerto atropellada por un camión me había puesto patas para arriba. ¿Qué tenía que ver eso con el agua? No tenía idea. La sensación que sentí al tragar ese líquido tan puro y fresco, de darme cuenta que seguía con vida, no se comparaba con nada, lo aseguro.

 Escuché que la puerta de la entrada se abría. Había llegado mi padre. No. Por Dios, lo último que necesitaba era verlo. Volví a llenar el vaso con agua y caminé hacia las escaleras pasando por al lado de él. Cualquiera pensaría que él me recibiría con un ‘’Hola hija, ¿cómo has estado?’’, pero no, esto es la realidad. En mi vida, en mi casa, eso no sucedía.

 Pasé al lado de él como dije y fue como si no lo hubiera hecho, ni se inmutó. Ya no me dolía como antes esa indiferencia, me iba acostumbrando. Lo único que sentía era mucha ira, demasiado resentimiento guardado por muchos años hacia él. Pero todo eso terminaría cuando comenzara la universidad. Había conseguido una beca, fruto de todos el tiempo que pasaba estudiando. Ya que mi vida era un desastre, tenía que centrarme en algo al menos.

 A pesar de que tenía oportunidad de salir adelante no sé por qué quise llegar al punto de querer morir. Supongo que  en el momento que lo decidí había colapsado, no lo sé.

Entré a mi habitación y dejé el vaso sobre la cómoda que se encontraba al lado de mi cama. Sobre ella aún se encontraba la carta que le había escrito a Daphne. Me senté tranquilamente en la cama mientras abría la carta y comenzaba a leerla. No podía creer todo lo que había escrito, en serio que no lo creía.

 Le fui completamente sincera, la quería más que a nada, no podía expresar con palabras lo buena amiga que era ella, definitivamente me había quedado corta con lo que le había puesto. Pero no era eso lo que me sorprendía, sino el hecho de que sinceramente me estaba despidiendo. Levante la vida de la hoja que tenía en mis manos y fijé la mirada en la pared.

 Me sentía desconcertada, seguía sin poder creerlo. Es decir, seguía sintiéndome miserable como todos los días pero…

 Arrugué ese papel y lo tiré al suelo, en alguna parte de mi habitación. No me interesaba a dónde había ido a parar.

 Escuché que mi celular sonaba. No necesitaba ni mirar la pantalla, sabía quién era. La única persona que tenía mi número era Daphne. En realidad era la única con la que hablaba y fin.

 -Hola Daphne –traté de sonar normal, tranquila. No me costó mucho trabajo.

 -Hola Jade. ¿Puedes venir a mi casa? Mi madre no está y no llegará hasta más tarde –a su madre yo no le caía muy bien que digamos pero a Daphne no le interesaba en lo más mínimo lo que piense su madre sobre mí.-Además, necesitamos hablar.-Su tono de voz sonaba… seco. Se la notaba molesta.

 -¿Qué sucede? ¿Hice algo que…? –no pude continuar porque me interrumpió

-Tú solo ven, ya verás de qué hablo. –y cortó.

 No esperé mas y marché en seguida hacia su casa. No tuve que llevar nada porque desde que había llegado no me había quitado el abrigo. Su casa no quedaba tan lejos. Mi mente volaba a mil por hora pensando qué querría decirme, pero no lo sabía. Si la perdía a Daphne ahí sí que nada valdría la pena.

 Al llegar toqué timbre y esperé a que abriera. En cuanto lo hizo me arrastró hacia el interior y me dio un fuerte abrazo. No entendía nada. Nos separamos y me quedé observándola. Ella estaba seria y yo atónita. Definitivamente no entendía nada. Seguro mi expresión era estúpida porque empezó a reírse a carcajadas sin aguantar más. Abrí los ojos como platos.

-¡Me mentiste! Me trataste de esa forma para que venga. ¡Eres una embustera! –la acusé en broma y yo también me sumé a su risa.

 Y así pasamos la tarde. Por supuesto que no le mencioné nada de lo que sucedió ese día, lo que menos quería era que se preocupara por mí más de lo que ya lo hacía. Y ni hablar sobre aquel chico del espejo, creería que estoy loca o que estoy viendo cosas donde no las hay. Quizá sea cierto y el golpe que me dí en la cabeza me había afectado pero sinceramente no lo creía.

Yo lo vi, estaba segura y eso me asustaba.

Hola! Perdón que no estuve subiendo capítulos pero estuve muy atareada con cosas y problemas. Pero este capítulo es bien largo y voy a seguir escribiendo. Gracias a las personas que leen, sean pocos o muchos, no me interesa. Me gusta poder expresarme de esta forma. Sé que son algo densos los capítulos que hay hasta ahora pero ya voy a incluir más diálogos. En fin, voy a subir capítulos más seguido. Besos!!

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⏰ Última actualización: Jun 18, 2014 ⏰

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