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mama's cakes era una repostería artesanal, con deliciosos, postres y dulces varios. era un pequeño negocio lleno de un aroma rico y aire agradable, en un barrio amigable y fresco ubicado en la gran ciudad de busan.

el local era atendido por los dos hijos de la dueña, la cual era la repostera. jihoon, quien atendía de 10 AM a 4 PM, tenía ya unos 19 años, y trabajaba en la repostería mientras estudiaba en la universidad en horario noche. y luego chan, que atendía de 4 PM A 10 PM, tenía unos 15 años y estaba a punto de cunplir sus 16. salía de la escuela a las 2:00 PM, así que tenía el tiempo suficiente para hacer la tarea y demás cosas.

todos los vecinos de la zona querían a la talentosa repostera y a sus dos hijos, eran amigables y simpáticos (aunque a veces jihoon tenía un mal día), y todos compraban los mejores postres allí para acompañar con la merienda, los más llamativos pasteles para cumpleaños o eventos, y los más decorados cupcakes para regalar en fechas de amor y amistad.

un cliente destacado de aquella repostería, era seokmin, quien iba a comprar pastelitos todos los días. pero siempre lo hacía luego de las 4 PM. primero, porque le tenía terror a jihoon, y segundo, porque amaba ver al pequeño lee.

ni siquiera tenía explicación alguna, amaba verlo, amaba mirarlo, amaba sonreírle y que el también le responda con una sonrisa, lo amaba a el. seokmin adoraba cada detalle de chan como si se tratase de la obra de arte más cara del mundo. cada pequeña característica que puedan imaginar, pues el la apreciaba como si su vida dependiera de ello.

no era mentira decir que solo iba para verlo a el, porque digamos que su muy hambriento amigo soonyoung iba a su casa todas las tardes. sea por tarea, por pasar el tiempo con el, por jugar a la consola, o por simplemente joder. en aquellas tardes el hambre abundaba (siempre más en soonyoung que en seokmin) así que juntaban dinero entre los dos y compraban postres y más y más postres para pasar toda la tarde-noche comiendo. bueno, más bien "compraba", porque el que iba al negocio era seok.

lee chan era la unica razón por la cual el chico de nariz fina no le hacía ningún drama a su amigo por ir a comprar todos los días. porque necesitaba ver a aquel individuo de ojos pequeños, sonrisa grande y adorable, piel blanca, lisa y suave, pelos marrones revueltos despreocupadamente, y actitud alegre y positiva. porque necesitaba hablarle, sonreírle, verlo sonreír, y verlo reírse de sus coqueteadas. sí, seokmin era alguien suelto la mayoría de veces, nunca dejaba su humor de lado, realmente podría decirse que todo el tiempo está regalando sonrisas y felicidad a donde fuera. y a la persona a la que más le gustaba regalarle esa felicidad, era nada más y nada menos que chan.

por eso cada vez que iba al negocio y se encontraba con el pequeño, apodado tiernamente "dino", le lanzaba algun piropo gracioso. pero no de camionero, no señor. su niño no merecía esas asquerosidades, se juro matar al que alguna vez haya hecho que channie se sienta incomodo o mal. porque el merecía todo el amor de la forma más pura y dulce posible, porque el es la cosa más dulce en aquel mundo salado, y algún día le gustaría probarlo, y comprobarlo con sus mismos sentidos.

de lo que el chico de grandes muslos no tenía idea, es que el no era el único que estaba amando locamente a través de la repostería. chan amaba tanto la presencia de seokmin como seokmin amaba la suya.

estaba preparado en su puesto a todo momento, con una pequeña sonrisa de emoción en la cara, esperando ansiosamente a que el cuerpo de aquel chico que le sacaba suspiros pase. en realidad, no le sacaba solo suspiros. le sacaba sonrojos, sonrisas, risas, tartamudeo, nervios, y sobre todo, felicidad. le era imposible ocultar todo aquello cuando se encontraba frente a el, frente a lee seokmin, dueño de sus sueños y sentimientos enteros.

the sweetest + seokchan ☁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora