Las cuatro sombras.

Prólogo

-Entonces, ¿te vas del pueblo hoy?- preguntó la niña, una chiquilla de no mas de 12 años, delgaducha y con un aspecto débil.

-Si, mi padre necesita inmediatamente un cambio de ambiente, o la enfermedad podría...-aquel chico no pudo continuar, a pesar de su apariencia robusta y mayor, aunque su edad era la misma que la de la chica, parecía ser bastante sensible.

-Entiendo, quizá nos volvamos a ver- mencionó la chica con la voz entrecortada.

-Eso espero-

Después de un fuerte abrazo, ambos chicos se despidieron con gran tristeza y melancolía, una situación que a cualquier persona le resultaría común y no tan emotiva era un gran golpe para niños de su edad, quienes no pensaban en otra cosa que no fuese la distancia y la imposibilidad de verse en años, tiempo enorme para ellos.

Sin embargo se volverían a ver, quizá no de la forma en que esperaban, pero se reencontrarían en algún momento.