La Yarara

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Hace mucho tiempo en un lejano pueblito del interior vivía una familia muy humilde .La cual era integrada por cinco pequeños hombrecitos de edad muy seguida ; el más pequeño de tan sólo cinco meses y el mayor de siete años. Sus padres Ana y Jacoob cultivaban la tierra y criaban animales para después vender en la feria que estaba a un día de viaje.
Vivían en armonía con una tranquilidad indescriptible en su cabaña de piso de tierra. Las sonrisas que brotaban de esa cabaña contagiaba a quien las escuchaba.
Ana vivía feliz al lado de su marido no tenían riquezas ni tampoco lujos . Vivían de sus cosechas y de sus animales.. Era una granja muy bendecida.
Estaba cerca el invierno Jacoob hacía todos los preparativos para que no faltará nada en esos meses donde el frío castigaba sin piedad todo lo que encontraba en su camino. Jacoob era un hombre pasivo de piel quemada por los rayos de sol ojos azules como el mar de una cabellera enredada negra como la noche ,media un metro setenta y andaba siempre descalzo. Toda su familia lo admiraba mucho. Todos los días aunque volvia cansado del trabajo siempre tomaba un tiempo para jugar con sus hijos ; Braian, Mateo,Matias,Oscar y Agustín.
Había llegado el invierno y Jacoob hacía ya los últimos preparativos con las cosechas las cuales guardaba todo en un enorme granero.
Eran las siete de la tarde cuando Jacoob volvia de su arduo trabajo como todos los días jugaba con sus hijos e iba a bañarse en un arroyo que cruzaba tras su cabaña.
Estaban todos en la mesa cenando un rico Bori-bori que con mucho amor había preparado Ana, cuando de golpe un viento fuerte comenzó a soplar. Terminaron de cenar y se fueron todos a sus respectivas camas. Afuera roncaban el viendo como si fuera un huracán Jacoob estaba un poco asustado y no conseguía dormir. Mientras los demás dormían apaciguadamente . Muy tarde de la noche Jacoob consiguió dormir. Mientras se desataba una tormenta.
Al día siguiente al despertarse muy temprano como de costumbre la tormenta seguia, al apoyar sus pies en el piso Jacoob dio un salto porque algo frío y escamoso le ahorcó la pierna sin darle tiempo siguiera de respirar una enorme yarara depositaba su veneno en su tobillo. Jacoob rápidamente la agarro por la cabeza y le tiro en el fuego del fogón que la noche entera había estado encendido. Mientras la víbora se retorcía entre las brazas ,Ana que había visto la situación agarro su camisa y le hizo un torniquete en su pierna para q el veneno no se dispaciera por todo su cuerpo. Por causa del veneno Jacoob quedó inconsiente. Ana no sabía que hacer desesperada despertó a su hijo mayor Agustín y le explicó la situación ,el cual a pesar de su corta edad era muy inteligente. Le explicó lo que pasaba y le mandó al pueblo a buscar el doctor más cercano el cual estaba a un día de su cabaña. Agustín sin pensarlo se abrigo puso unas botas de cuero y con un plástico de un metro y medio se tapó la cabeza y envolvió su cuerpo. Afuera la tormenta no cesaba. Agustín salió a la carrera de su pequeña casa y se penetró en el pequeño sendero en el bosque. A pasos corto pero constantes Agustín se dirigía al pueblo bajo una tormenta que como flechas caían del cielo a gran velocidad. Aún estaba oscuro pero el sin miedo rezando por la vida de su padre se dirigía al pueblo.
Su madre al verlo penetrarse en la espesura del bosque se quedó llorando preocupada por su marido que ya se encontraba moribundo y por su pequeño hijo .
Agustín con mucha valentía atravesaba el bosque s gran velocidad. Al pasó que iba prometía llegar antes de lo previsto al pueblo. Estaba ya oscureciendo cuando él llegó al pueblo y la lluvia no cesaba. Media hora más y estaría en la casa del doctor Albert.
Al llegar a la casa de Albert golpio la puerta muy suavemente estaba cansado con hambre y todo empapado. Albert al verlo le hizo pasar y le preguntó que pasaba. Agustín casi sin fuerza para hablar le explicó lo sucedido. Al terminar su relato ,Albert recogió sus medicinas se subieron a su camioneta que mal andaba y que hacía un ruido escandalizó y se dirigieron los dos a la cabaña.
Ya era tarde en la noche cuando llegaron a la pequeña cabaña . La lluvia había cesado y les hizo más fácil el trayecto .
Ana al verle a Agustín y al doctor comenzó a llorar de alegría ,se abalanzó sobre el cuello de su hijo y le abrazo con todas sus fuerzas.
Albert pasa a la habitación donde estaba Jacoob tendido en la cama con un trapo mojado en la frente y con el torniquete un en la pierna la cual estaba muy hinchada como si fuera a explotar. Estaba muy grave. Albert saco las medicinas que llevaba en un bolso y comenzó a hacerle los curativos necesarios. Al terminar les dejo unos calmantes a Ana le dijo q le diera uno cada ocho horas . Le palmeo la cabezita de Agustín y se fue nuevamente al pueblo para entonces ya había parado la tormenta y el sol comenzaba a asomarse en el horizonte. Agustín se alimento y se acosto un rato estaba cansado de su viaje. Ana quedó al lado de su amado esperando que se mejore.
De a poco la fiebre de Jacoob comenzó a bajar.
Cuando se despertó encontró a su mujer durmiendo sobre su regazo y con mucho dolor en su pierna pero mejor. Jacoob despertó a Ana y le dijo q tenia mucha hambre. Ana muy feliz de que su marido había mejorado lo beso y le abrazo agradeciéndole a Dios. Fue rápidamente a la cocina y le preparó un rico desayuno . Jacoob lo devoró. Sus hijos aún dormían. Había pasado ya tres día desde el suceso.
Jacoob mejoró muy bien y todo volvió a la normalidad. El invierno paso ,y llegó la primavera y en la pequeña cabaña en el medio del bosque reinaba la tranquilidad y la felicidad donde las sonrisas de los cinco pequeños era la música del hogar.

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⏰ Última actualización: Mar 15, 2018 ⏰

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