Hogar dulce hogar

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Mi familia se acaba de mudar, las razones de la mudanza son que mi padre fue ascendido y por casualidad mi madre estaba embarazada y no había espacio suficiente para el recién nacido en nuestra vieja casa, es por ello que tuvimos que mudarnos.

La verdad no esta muy lejos de mi casa anterior, solo esta a 3 hrs. de aquí, así que podre ir de visita y ver a mis abuelos y amigos, eso es reconfortante. No es la primera vez que me mudo, ni la segunda, es la quinta vez que lo hago, así que ya estoy acostumbrado, mi familia es grande tengo 2 hermanos mayores y 2 menores, yo soy el de en medio y ahora que viene uno mas pues digamos que crecerá. Mis padres no son divorciados, digamos que aunque haya obstáculos en su matrimonio ellos no se rinden y siguen adelante. Eso me alegra y en cierto aspecto que se encuentra muy lejano, espero encontrar a alguien así.

Obviamente y como siempre en mis mudanzas, ayude a desempacar, fue algo rápido ya que la casa ya venía amueblada solo era cosa de colocar nuestras pertenencias y limpiar una que otra cosa. Mi nuevo cuarto era mas grande al anterior. Me dedique el resto de la tarde a decorar y acomodar mi nuevo cuarto, al fin y al cabo era sábado y no conocía a nadie con quien salir, soy un chico extrovertido, pero no me encontraba con ganas de salir a hacer amigos, sinceramente solo quería terminar de acomodar mis cosas y descansar, mañana iba a ser domingo a si que tendría tiempo para hacer amigos por la zona y prepararme para mi nuevo instituto.

Sinceramente entrar a un nuevo instituto no es raro para mi, es normal, se podría decir que cada cierto tiempo o año cambio de escuela, ya sea por problemas o por mudanza. Mi hermano mayor, Arturo, me dice que le sorprende que no me haya vuelto un introvertido, la verdad yo solo le dijo que no encuentro una razón por la cual cambiar mi forma de ser, desde pequeño soy así, y ahora en la adolescencia no e perdido mi oportunidad siendo un conquistador y dejar de hacer amigos para pasar el tiempo.

- ¡Hey! Freddy baja a comer

- ¡Ya voy!

Si mi nombre real es Freddy pero para acortarlo mis amigos y hermanos me llaman Fred, ambos nombres me gustan.

Al escuchar el llamado de mi madre, me dispuse a bajar, eran las 3:45, y sinceramente mi estomago ya tenia hambre.

- ¿que estabas haciendo cabeza hueca? - dijo mi hermano mayor Arturo

- nada, terminaba de acomodar mis cosas ¿y tu saca mocos? - conteste amablemente

- oigan estamos a punto de comer por favor dejen de insultarse - exclamo mi hermana mayor Flor, ella sabia que me llevo así con mi hermano pero como siempre le gustaba molestarnos con que no era lo correcto y demás.

- ¿y tu el teléfono no? - respondio Arturo con tono burlón - Niña sabes que me llevo así con el, no espada que te preocupes.

- ¡Lo siento!, mi instinto materno me llama - contesto mi hermana, en forma dramática y burluna.

- ¿eso o tus ataques de dramatismo? - conteste yo, me gustaba bromear con mis hermanos.

- Ya dejen de hablar de tonterías, es hora de comer - exclamo mi padre, Erick, el era un hombre sociable, y serio en su trabajo, podías bromear con el, siempre y cuando cumplieras con lo tuyo.

Después de un rato mi madre, Ariel, como el nombre de la princesa sirena de Disney, nos sirvió la comida, obviamente nosotros comimos y hablamos de cosas triviales.

La tarde paso como si nada, mis hermanos menores jugaban, mientras que mis padres, hermanos mayores y yo terminábamos de acomodar nuestros cuartos, junto a los de los pequeños y el bebe, el cual aun no nacía, pero faltaba poco para ello, como siempre a mi mama le gustaba que todo estuviera ya hecho para que no corriéramos a ultimo momento.

Ya era de noche, me bañe y aliste para el día de mañana, al fin de cuentas soy nuevo en el vecindario, y apenas iniciare mi nueva vida aquí.

La chica de mirada vaciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora