Ximena una chica común y corriente con una vida normal, como todos los adolescentes de su edad (17 años); pero por azares del destino su papá encuentra un nuevo trabajo y deben mudarse al otro lado del país . Y es ahí donde comienza todo, en el mome...
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Ximena arriba...
Ximena
¿Por qué a veces la vida te golpea donde más te duele? ¿Por qué nos enamoramos si sabemos que tarde o temprano terminaremos con el corazón roto? Sí, estoy pasando por esto, me acaban de romper por primera vez mi corazón es algo tonto para mi pensar en eso, pero en verdad siento un gran dolor en mi pecho; pero sobre todo me siento rota, vacía, usada...
-Ximena, por favor abre la puerta- Ahí estaba el, jajá que tonta fui al creer que el realmente sentía algo por mí; lo sé él se nota muy preocupado pero yo sé que solo siente lastima por mí, unos fuertes golpes en la puerta me sacaron de mis pensamientos.-Ximena por favor, todo fue un mal entendido déjame explicarte.
Explicarme, que es lo que quiere explicarme que solo quiso burlarse de mí, es eso. De algún modo unas tijeras se encontraban a mi lado, pudiendo observar mi rostro en el.-Soy un desastre- mi cara está hecha un lio, mis ojos estaban rojos y muy inflamados. Empecé a frotar mi muñeca con el filo de las tijeras, la sangre se sentía tan caliente pero yo sentía un frio que me estaba congelando hasta los huesos. De un de repente la puerta cayó al suelo ocasionando un gran estruendo.
-¡Ximena por dios que diablos haz hecho!...
Genial, hoy es mi primer día en la preparatoria, y no exactamente de primer grado estaba por entrar a tercer año, al parecer a mis padres les pareció excelente idea aceptar un trabajo que quedaba en el otro lado del país.
-Que fastidio- La verdad lo era había dejado atrás a mis amigos, mi casa, en fin mi vida.-Este colegio será un fastidio y para colmo seré la chica nueva que todos maltrataran, estaré condenada a ser el hazme reír de todos.- Me levante de mi cama, me coloque el uniforme que consistía en una falda un poco corta para mi gusto y de color azul marino, una camisa blanca con una chaqueta azul marino, baje para comer una manzana, mi casa estaba en completo silencio, y no es para más me encontraba sola, mis padres siempre estaban en el trabajo así que no tenían tiempo para mí.
Camine hacia el espejo y me observe en él, mi cabello era rojo, un poco anaranjado, soy de piel blanca y con ojos azules; mi cuerpo es delgado se podría decir que encajo en el concepto de mujer perfecta para la sociedad y los hombres, pero la verdad no me interesa lo que los demás importe y menos aún la sociedad.
Me dirigí hacia el instituto y me encontraba justo enfrente de la gran puerta.-Tu puedes, solo cruza esa puerta y listo-Me di ánimos a mí misma para poder entrar y lo conseguí atravesé la puerta y me dirigí a la dirección para recoger mi horario, una vez que tuve el documento en mis manos me dirigí a mi salón, para mi mala suerte me tocaba biología; dios odio esa materia. Me senté en una de las mesas que estaba separada de las demás personas y empecé a evaluar todo a mí alrededor.
