Cap.3

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"Ahora quítate las bragas," dijo Liam roncamente cuando la falda se deslizó hacia abajo enroscándose a sus pies. "Quiero verte completamente desnuda, vestida sólo con los tacones."

Las bragas blancas de seda cayeron a continuación, uniéndose con rapidez a la ropa que estaba en el suelo. Oyó como Liam suspiraba y no estaba muy segura de cómo interpretar ese sonido. Se mordió el labio inferior, sintiéndose de nuevo avergonzada e insegura de su cuerpo. ¿Estaba excitado o irritado? No sabría decirlo. No debería importarle.

"¿Te depilas completamente el se*xo?," dijo él con voz ronca. "¿Siempre lo has tenido rasurado?"

Ella asintió, todavía demasiado avergonzada para mirarlo a los ojos.

"¿Por qué?" murmuró él. "¿Te gusta lo sensible que se vuelve cuando te masturbas?"

Su cara enrojeció subitamente, dándole la respuesta. Desvió la miraba.

"Demuéstramelo," ordenó con voz arrogante y posesiva.

"Siéntate, separa las piernas, y demuéstrame cuánto te gusta tocarte."

" Liam ..."

"Demuéstramelo," la cortó, interrumpiendo su protesta. "Tu se*xo ahora me pertenece, _______. De ahora en adelante, lo usarás sólo para complacer a tu marido, no para ti misma."
Luchó por recuperar el aliento. Este hombre tenía el don de la palabra. ______ sabía que ésta iba a ser la masturbación más corta de su vida pues ya estaba a punto de correrse. "De acuerdo," susurró.
Sentada enfrente de él, ________ abrió las piernas de par en par colocando una sobre cada reposabrazos. Podía sentir su mirada penetrante clavada descaradamente en su sexo expuesto, una mirada que la marcaba como hierro candente.

"Tócate," dijo con voz pastosa. Él se desabrochó los pantalones y liberó su erección de la prisión en que se encontraba. Era larga y gruesa, con una vena que se marcaba en el medio, de la raíz a la cabeza. "Juega con tu se*xo para mí." 

________ deslizó los dedos hacia abajo hasta encontrar el clítoris. Se mordió el labio al ver como la contemplaba con la mirada entornada. Cerró los ojos y comenzó a manipular su clítoris, frotándolo circularmente hasta que su respiración se fue volviendo más y más pesada.

"Muy bien, buena chica," dijo con tono grave. "Sigue frotándote el se*xo para mí. De ahora en adelante tendrás que pedirme permiso antes de acariciarte. ¿Lo entiendes, _______?"

En algún recóndito lugar de su mente febril encontró las fuerzas necesarias para asentir.

"Este se*xo ahora es mío," le recordó posesivamente. "y nadie lo tocará sin antes pedir permiso a su dueño."

_______ jadeó y la pasión se arremolinó en su interior formando un nudo en su vientre. Continuó restregando los dedos sobre su chocho mojado, el clítoris hinchado le palpitaba clamando por la culminación.

Oyó entrar al ayudante personal de Liam y, por un momento, acarició la idea de parar. Pero sabía que eso no le gustaría a su marido. Continuó masturbándose, más allá del límite en que podría importarle si alguien la miraba. Es más, saber que otro hombre la estaba observando sin que ella lo viese ya que tenía los ojos cerrados, hacía que se excitase aún más si cabe. Se acarició más fuerte y un quejido suave escapó de sus labios.

"Espléndido," murmuró Liam con voz excitada. "Exquisito."

Se corrió con un gemido ruidoso, sintiendo como la sangre encendía su cara. Los pezones disparados hacia fuera, dilatados e hinchados. Su aliento entrecortado y jadeante.

"Eso será todo por ahora," oyó que Liam murmuraba a Tom, su auxiliar. Abrió los ojos y observó como su marido aceptaba una copa de brandy. "No necesitaremos más de sus servicios hasta que el avión aterrice."

"Por supuesto, Sr. Payne."

Tom se retiró con expresión impasible pero el bulto de sus pantalones contaba otra historia. Liam entrecerró los ojos y la miró, diciéndole sin palabras que no consentiría que mirase la ingle de su ayudante.

¿Entonces por qué permitió que su ayudante mirase como se masturbaba? se preguntó vacilante. Sin embargo, se dio cuenta de que ya sabía la respuesta. Liam probablemente había querido exhibir su posesión ante un varon inferior otra muestra de dominación sobre ella. No sabía si sentirse insultada o adulada por el hecho de que él la encontrase digna de exhibición.

"No vuelvas a mirar nunca el pene de otro hombre," dijo su marido con desaprobación. "No me gusta como me hace sentir."

Ella abrió los ojos de par en par, sorprendida por el hecho de que él hubiese confesado tanto. Se despejó la garganta y desvió la mirada. "Lo siento," murmuró. "¿Ya puedo cerrar las piernas?"

"No." Se arrellanó en su asiento y acercó el brandy a los labios. "Estoy gozando de la vista," dijo descaradamente. 

_______ se ruborizó. "¿Por qué permitiste que Tom entrase aquí y me mirase si no querías que me fijase en su reacción?" Lo observó con atención. "¿Cómo esperabas que reaccionase?"

Él sonrió levemente. "¿Sinceramente?" Ella asintió con lentitud.

"La verdad es que no me di cuenta de que había entrado hasta que era demasiado tarde. Cuando se excitó... " Su voz se fue apagando y su mandíbula se endureció. "No me gustó. Y cuando notaste su erección, " murmuró, "me puse celoso. No provoques mis celos otra vez, por favor." 

_______ sintió que el corazón se le salía del pecho. ¿Por qué era tan sincero con ella? Y sobre todo, se preguntaba, ¿por qué estaba celoso? Dadas las circunstancias, lo lógico sería pensar que Liam habría gozado al avergonzarla delante de cualquiera. Este hombre era un enigma que tardaría mucho tiempo en descifrar. 

________ expulsó el aliento. Le había sorprendido que Liam hubiese admitido una debilidad dos veces en cinco minutos. Nunca habría esperado que se mostrase vulnerable tan pronto, o nunca.

"Gracias por contestar a mi pregunta," susurró, desviando la mirada, confundida.

"De nada." _______ se quedó allí sentada unos quince minutos, con el se*xo desnudo y expuesto para su marido, sus pies calzados con los tacones altos colgando de cada uno de los reposabrazos del asiento. Su mirada verde e intensa no se apartaba de su carne. Simplemente estaba allí sentado, bebiendo su brandy, y memorizando cada uno de los rincones de su se*xo.

De vez en cuando, ________ dirigía la mirada ambarina hacia su pene hinchado, que aún la inquietaba más que su propio deseo. Asumió que él estaba disfrutando su excitación, sin ninguna prisa por llegar al orgasmo. Sin embargo, su necesidad asumió el control.
"Chúpamela," ordenó con voz pastosa. "Arrodíllate a mis pies y chúpame el pene." Con los ojos como platos ______ se mordió el labio. Por un momento vaciló, pero al final, y en virtud de su contrato legal, obedeció sin protestar. 

_______ cerró las piernas y se puso de pie, después se arrodilló delante de él. Con los rizos cafes rojisos cayendo en cascada sobre su espalda, lo tomó en su boca sin ceremonias. El sonido de su respiración entrecortada le provocó un nudo de deseo en el vientre.

"Muy bien, pequeña," gruñó Liam roncamente, y sus dedos se enroscaron en su pelo. "Tómate tu tiempo aprendiendo a conocerla. Chúpalo como si fuese un chupachús."

Ella hizo lo que le mandaba. _______ había hecho se*xo oral antes, pero su intención siempre había sido excitar al hombre para la cópula. Esta era la primera vez que se demoraba, lamiendo su rabo de arriba a abajo, familiarizándose con él desde la vena abultada hasta el minúsculo agujero en lo alto del capullo. Liam acunó su cara entre las palmas todo el tiempo, observando simplemente como se familiarizaba con su pene. No intentó obligarla a ir más rápido, sino que permitió que lo explorara a placer. 

_______ engulló su pene hasta la garganta y sus pezones se endurecieron con el sonido de su gruñido. Sus dedos se ocuparon de masajearle las pelotas, enredándose entre sus rizos.

"Ahora voy a foll*arte la cara," masculló. "Ya no puedo más, nena, se acabaron los jugueteos."

Liam se levantó de su asiento, cuidando que sus labios no soltaran su pene en ningún momento. La agarró por la parte de atrás de la cabeza e introdujo la pene en su boca tan profundamente como pudo, gimiendo al sentir sus labios contra sus testículos.

"Eso es," dijo roncamente, y sus músculos se tensaron mientras zambullía el pene tieso en su boca, metiéndolo y sacándolo una y otra vez. "Engúllela toda." 

________ gimió con la boca llena, notando como su polla se inflamaba más y más. Él comenzó a cabalgar dentro de su boca más y más rápido, apretando y contrayendo las nalgas mientras le foll*aba la cara.

"Cómeme todo mi pene" gruñó. Y bombeó adentro y afuera, más rápido y más duro, mientras el sonido de la saliva y los labios en contacto con su carne dura invadía la cabina.
"Demuéstrame cuánto disfrutas atiborrándote con mi pene" ______ gruñó contra su virilidad y luego pasó a la acción. Le comió el pene más y más rápido, más profundo y más duro, meneando la cabeza adelante y atrás mientras lo absorbía hasta perder el sentido.

Sus músculos se tensaron y su respiración se hizo más trabajosa.
"Te voy a inundar con mi leche, pequeña," masculló fuera de control. Sus caderas rebotaron adelante y atrás, golpeándola en cada embestida. "Trágatelo todo," dijo roncamente.

Ella lo abarcó en toda su longitud, empujando glotonamente el glande hasta casi tocar el fondo de su garganta, profundamente, con movimientos expertos. Gimió contra su pene hinchado, gozando del poder que sintió cuando sus dedos se tensaron más en su pelo y él comenzó a gemir totalmente descontrolado.
"Bébetelo," gimió, mientras todo su cuerpo se estremecía. "Trágatelo todo, hasta el fondo."

Liam se corrió con un fuerte bramido, y este gruñido atronador retumbó por toda la cabina del aeroplano. Con movimientos regulares, 
_______ mantuvo el ritmo con la cabeza, y sus labios extrajeron hasta la última gota de semen que pudieron obtener. Implacable en su succión, mantuvo el ritmo febril hasta que lo drenó del todo, hasta dejarlo completamente agotado y saciado.

Resollando, él se derrumbó en su asiento porque ya no podía sostenerse más tiempo en pie. 

"Chúpame las pelotas," dijo roncamente, acunando su cara de nuevo, y empujándola hacia su entrepierna. "Me relaja."

________ hizo lo que le ordenaba, aunque no surtió el efecto que él había pretendido. Unos minutos después, su pene volvía a estar tiesa e hinchada, preparada de nuevo para que se la mamase. Le dio todo lo que quiso, ordeñándolo una vez más hasta que se derrumbó por completo y cayó dormido.

Permaneció arrodillada a sus pies mientras él dormía, besando suavemente sus testículos agotados. Intuyó que eso era lo que deseaba Liam. También intuyó que, por alguna razón, él necesitaba tener esa intimidad con ella, se diese cuenta o no.

PECADOS PATERNOS~~ hot~~ Liam PayneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora