Reencuentro

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Me encontraba en el suelo después de haber chocado con la chica que llamo mi atención al estar practicando al tiro con arco sola después de clases.

Al verle la cara no pude evitar paralizarme y ruborizarme un poco, ya que era hermosa.

Esa chica con la que choque no nadie más que Rine, la chica que le salve la vida hace ya bastante tiempo en un intento de violación, donde ella gritaba a todo pulmón solo yo fui en su rescate.

-H-hola –logre articular, su presencia me hacia ponerme bastante nervioso al punto de quedarme tartamudo, esto aumento después de aquel beso que me proporciono la misma tarde que salí del hospital en el que me internaron por un golpe en la cabeza cortesía del casi violador de Rine.

-Hola... -me respondió al pasar unos minutos en completo silencio, lo cual era causado por la misma razón que yo tartamudee, ella está nerviosa, se notaba por su rostro ruborizado, lo cual le daba un toque bastante tierno a mi parecer.

-P-perdón por haberte tirado... -la verdad si me arrepentía de esto ya que por mi culpa ella se cayó y ahora estábamos en esta situación.

-No pasa nada Yusha, no fue muy dolorosa la caída –dijo con un rostro de molestia en el rostro mientras posaba su mano sobre su espalda baja para sobarse por el dolor causado por la caída, que aunque ella lo negara, fue dolorosa.

-No me puedes mentir, y menos con esa mueca de dolor.

Rine solo rio un poco y me vio a los ojos directamente como si quisiera ver mi alma, esos ojos suyos me volvían loco.

-Creo que no soy buena mentirosa –dijo Rine con una sonrisa en su rostro, dando a saber que su dolor desapareció casi en su totalidad, o eso supongo.

-Siendo sincero una ardilla sabe mentir mejor que tú –dije en un tono un poco burlón y con una sonrisa que me fue contagiada por Rine.

-Eres malo –respondió Rine riendo mientras hacia un pequeño puchero que no le duro mucho, ya que fue cambiado por su sonrisa que mostraba su sonrisa que dejaba ver su casi perfecta dentadura, de no ser por un único diente chueco, el cual la hacía para mi simplemente perfecta.

-Pero aun con eso me quieres.

-No solo eso... -dijo con una voz baja, tanto que no logro ser percibido por mi oído al quedarse como solo un murmullo.

-¿Qué dijiste Rine?

-N-nada –dijo nerviosa Rine, contestándome casi al instante.

Después de pensarlo un poco me encogí de hombros e ignore eso.

Así platicamos durante horas enteras, caminando a nuestras respectivas casas haciéndonos compañía el uno al otro, hace bastante no me sentía así de bien, así de tranquilo y feliz, quería que este momento durara para siempre, cosa que no se cumplió, ya que el tiempo paso bastante rápido.

Al pasar por el parque Rine dio un pequeño saltito, como si hubiera recordado algo.

-Creo que aun no te he agradecido –me dijo Rine de la nada.

-¿Y que es ese algo?

-El haberme protegido de la lluvia cuando nos quedamos atrapados bajo ese árbol.

-Ahhhhhh, te refieres a eso –se me había olvidado el detalle de mi chamarra, pero lo de protegerla de la lluvia y ese beso que nos dimos ha permanecido en mi meste desde el momento en el que se fusionaron nuestros labios esa tarde lluviosa- no tienes que agradecer por eso, lo hice por mi propia voluntad.

-Aun siendo ese el caso creo que necesito agradecerte debidamente, y sobretodo devolverte tu chamarra.

-Con el beso de ese dia me lo agradeciste bastante bien... -dije mientras veía a otro lado sonrojado, volteando un poco mis ojos a Rine de vez en cuando, dejándome ver que ella estaba muy sonrojada y nerviosa por mis palabras anteriores.

-O-olvidemos ese beso... ¿o-ok? –se veía bastante avergonzada, ese beso hizo que cambiara bastante desde la primera ves que la vi... bueno, desde la primera vez que hablamos tranquilamente y sin amenazas de muerte y/o violación.

-Como tú quieras preciosa –le respondí guiñándole un ojo y sonriendo, lo cual hizo que se sonrojara más de lo que ya estaba, lo cual hizo que diera una risita, lo cual hizo Rine junto a mí.

-Vamos a mi casa, ahí está tu chamarra –me dijo aun con un poco de risa.

-Está bien.

Después de eso caminamos unos cuantos metros hasta llegar a una casa de unos dos pisos con pintura color crema, no era muy elegante ni muy modesta, era una casa bastante normal.

-bienvenido a mi hogar yusha –dijo Rine al llegar a la puerta mientras me veía con una sonrisa que dejaba ver sus dientes.

Hasta ese momento no había pensado en que por primera vez vería a los padres de Rine y que estaría en su hogar, tal ves en su habitación... solos...

Rine abrió la puerta y me pidió que pasara, a lo cual accedí después de pasar saliva para aliviar mis nervios.

Continuara...

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