Parte 1

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Mi papá tiene novia. Se llama Teresa. La conocí ayer, llegué justo mientras contaba que su animal favorito era el unicornio. Me pareció un poco infantil la preferencia. A los adultos le gustan los perros o los gatos, a lo sumo los caballos, los unicornios quedan descartados a partir de cierta edad. Yo con mis 12 años todavía puedo permitirme esa elección, pero ella tiene unos cuantos más. Sin embargo, a papá le causó mucha gracia el comentario. Hacía mucho que no lo veía reírse con esa risa sincera y despreocupada.

Teresa es peculiar, sin duda, pero me agrada. Es alegre y se viste con telas de colores vivos con estampados de flores y mariposas. Además es muy bonita. Tiene la boca llena de dientes parejos, blancos y brillantes, y sus carcajadas estruendosas resuenan por toda la casa; resultan un poco incómodas para el oído, pero por lo menos se nota que es feliz y contagia esa felicidad a otros. Él parece disfrutar de su compañía y eso es lo que más me importa.

Apenas se marchó pude notar un cambio en la actitud de mi papá, se esfumaron las risas distendidas y las miradas cómplices. Estaba preocupado, pude ver como su semblante se tornaba más sombrío y dubitativo. Seguro estaba pensando en mamá. Claro, a mamá no le va a gustar esta situación.

Crónica de un ritualWhere stories live. Discover now