One

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I

Las campanas de la iglesia comenzaron a sonar descontroladas. Como si fuese la última vez que los habitantes del pueblo fuesen a escuchar ese absorbente sonido. En estos momentos, indican otra cosa diferente. 

Las pesadas puertas de la majestuosa iglesia se abren emitiendo unos chirridos desagradables. Pero nadie presta atención a ese pequeño detalle. Todas las personas que están sentadas en los bancos se ponen de pie, y miran hacia atrás.

Este es el momento que llevan esperando desde que entraron vestidos con elegantes trajes los hombres y las damas con extravagantes tocados.

Una melodía tocada por un piano de cola suena de fondo, señalando que la novia hace su aparición. 

Va preciosa, aunque no pueda vestirse con un vestido de blanco puro. La iglesia no se lo permitía. En cambio, ella eligió un vaporoso vestido de encaje azul claro y un tocado de flores silvestres que le daban a su rostro un aspecto más dulce y angelical. 

Mi abuelo va caminando a su lado cogido de su brazo. Ya han recorrido la mitad del largo pasillo. Todas las miradas están posadas en ella. Su rostro es el vivo reflejo de la felicidad.

En el altar, le espera su futuro marido. Va vestido del mismo color que el vestido de mi madre. Y una sonrisa se le forma al verla. 

Yo lo contemplo todo desde el primer banco, al lado de mi tío George. Mi rostro es inexpresivo al contemplar la escena en la que la novia es entregada al hombre con el que va a contraer matrimonio. Mi interior aún sigue de luto. Y la idea de que mi madre se case con otro hombre me sobrepasa.

No tendría que haber venido, pero el honor de nuestra familia se vería en entredicho. Nuestro apellido es respetado por toda la zona. Mi padre era un hombre muy influyente, con recursos y contactos. Amaba proteger tanto a su patria como a su pueblo. Lo que le costó la vida.

Hace seis meses que lo hirieron en el campo de batalla. Allá en las lejanas tierras del sur de Europa. Dos meses después de tanta agonía, falleció. Ha sido un duro golpe para toda la familia. 

Excepto para ella. Mi madre se veía con un hombre desde que mi padre fue destinado a esas tierras. Ella pensaba que no me daría cuenta, que no iba a descubrir su infidelidad. 

Le guardo rencor por eso. Lloró por la pérdida de su marido, pero no tardó ni dos meses en hacer oficial su relación con Edward. Y ahora aquí están los dos.

El sacerdote pronuncia: "Puedes besar a la novia", y toda la iglesia retumba en aplausos por los recién casados.

Yo soy la excepción. Sigo con los brazos cruzados cuando la pareja camina felizmente cogidos de la mano por el pasillo. Un carruaje con dos caballos blancos importados de España les espera fuera.

***

Comida, música, bebida, ¿qué más hace falta para hacer una buena celebración?

Felicidad.

Esa es la felicidad que a mí me falta.

Han elegido la mansión de unos amigos por ser grandiosa. Toda la decoración es lujosa: la porcelana adorna la cubertería, así como manteles y servilletas de seda, hay iluminacion por cada rincón de la enorme mansión, y una banda de música tocará durante todo lo que dure la celebración, y casi todas las personas que se encontraban dentro de la iglesia están aquí.

Algunos bailan animadamente con sus parejas, otros sostienen una copa de vino u otra sustancia con alcohol en la mano, o comen algún canapé de las mesas que hay esparcidas por toda la estancia. Todo el mundo parece pasárselo en grande; conversando, riendo.

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⏰ Última actualización: Jun 15, 2014 ⏰

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