Caminaba por los pasillos de la escuela buscándolo con la mirada pero disimulada mente. Y ahí estaba el con esa belleza que siempre lo caracterizo. Alto, piel morena, labios gruesos y unos únicos hoyuelos que se formaban en sus mejillas. El era Kim NamJoon.
Leía unas revistas mientras las clases comenzaban eran unos chicos al parecer coreanos también. Llevaba su mochila y su respectivo uniforme.
Sonó el timbre y caminamos para nuestras respectivas clases. No hay un solo días de mi vida que no piense solo en el y cuando no lo hago es porque lo estoy viendo. Así paso la mayoría de mis clases hasta que llega el tan esperado descanso y lo vuelvo a ver, tan sencillo pero tan hermoso.
Solitario pero tranquilo, seguía leyendo sus revistas tan interesado. Seguía mi clase favorita: matemáticas y no era porque de verdad me gustaran los números si no que era la única clase que podía estar cerca de el.
Sonó de nuevo el timbre indicando que el descanso había terminado. Camine hasta el salón esperándolo a que llegara. Entro y se sentó hasta adelante mientras mi lugar era hasta atras. Lo seguía observando y algo dentro de mi decía que le hablara que siquiera le mandara una carta. Así que tome valor y lo hice. Decía lo siguiente:
*Kim NamJoon:
Hace tiempo que debí haber echo esto, pero por el cobarde que soy no lo había hecho. Simplemente quiero decirte que me encantas todo tu. Siempre que te veo tan relajado, tan hermoso, tan puro pienso y tengo la esperanza que algún día seras mio. Cuando te veo sonreír lo cual no es todos los días, pero cuando lo hago me derrito. Tus hoyuelos son lo único bien que hay en este mundo aparte de todo tu. No te escribo tanto por que no soy muy bueno en esto. Espero y me tomes en cuenta.
Con todo el amor del mundo: Kim SeokJin*
Así doble la hoja y me hice como que le llevaba un trabajo a la profesora. Al pasar por su lugar le deje la carta a un lado y me regrese.
Observe como la leía y un sonrojo aparecía en sus mejillas. Era de las vistas mas hermosas que pude haber tenido este día. Al terminar las ultimas horas de clases, lo ví caminando hacia la salida asi que me dispuse a hablarle.
Hola-Lo salude
Hola-Hizo lo mismo
Nos quedamos así viéndonos un buen rato. De verdad solo eso, mirarlo me hacia perder la noción del tiempo, en mi cabeza solo estábamos el y yo no me importaban las miradas de los demás que pasaban por que la única que me importaba era la de la persona que tenia justo frente a mi. Pero una voz corto todo el momento.
NamJoon tenemos que irnos camina- Era su madre
Voy- Me sonrió para irse
Con esa imagen me quede y con ese momento pasmado que nunca olvidaria. Me fui a mi casa y continue con mi rutina. Pensar en el.
De pronto sentí una punzada en el pecho, no se sentía que algo malo estaba pasando. Para deshacerme de cualquier otro pensamiento me metí a bañar. Salí y ya era muy tarde así que me acosté no sin antes dar un beso a una foto de NamJoon que se la cayo hace tiempo. Tenia la esperanza de que algún día de verdad podría besar sus labios abrazarlo y decirle una y otra vez cuanto lo amaba. Así me quede dormido sumido en mis muy profundos pensamientos.
Desperté y hice mi rutina mañanera diaria bañarme, desayunar, cepillar mis dientes y dirigirme a la escuela. Al llegar hice lo de siempre lo buscaba, pero algo cambio, el no estaba.
Tratando de no preocuparme fui a buscarlo por todos los pasillos, el patio, canchas y no, no estaba. Decepcionado y preocupado fui a mis primeras clases. Pasaron mas lento de lo normal solo quería salir y asegurarme de que el estaba bien, que estaría ahí leyendo en el patio como siempre.