"Porque te amo más que la leche de plátano." Dijo.
Jungkook es conocido por amar su leche de plátano, más que nada. "El mundo sin ella, sería un desastre". Son sus palabras, hasta que te conoció. Hasta que cambiaste su mundo.
+ fluff
+ One Shots
+ J...
Desperté con una leve brisa mañanera entrando por la ventana entre cerrada de nuestro cuarto. Según yo la había cerrado. Jungkook seguía profundamente dormido, al lado mío. Nos habíamos quedado hasta tarde platicando después de haber visto dos películas románticas. Me daba ternura ver su rostro cansado y su tranquilidad mientras dormía. Se veía taaaaaan adorable.
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Sonreí y tomé mi celular que descansaba sobre la mesa de noche le tomé una foto y revisé la hora. Nueve de la mañana. Me levanté sin flojera alguna y volví a observar a mi novio. De pronto sentí como si mi estómago se volteara. ¿Cómo es que alguien se pudiera ver tan adorable y guapo cuando duerme? Entonces salí cuidadosamente del cuarto donde Jungkook seguía dormido. Bajé las escaleras hasta dar con la cocina. El apartamento que habíamos empezado a rentar no era la gran cosa, pero si estaba grande como para dos personas.
Los grandes ventanales de la sala reflejaban la luz solar en toda la planta baja. Era claro que no se necesitaba tener los focos prendidos. Me senté en la barra de la cocina. Se estaba muy callado sin Jungkook cantando, bailando o gritando como un niño pequeño. Aproveché el silencio y decidí preparar un café para mi conejito dormido.
*Flashback*
Después de haber tenido tres citas seguidas, optamos por salir a tomar café a un local tranquilo. Estaba lloviendo y eso lo hacía aún más romántico. Jungkook y yo estábamos compartiendo el mismo paraguas. Llegamos corriendo al lugar, en el cual al entrar, olía completamente a café. Era un aroma tentador.
Nos sentamos en una mesa de dos mientras esperábamos al mesero que tomaría nuestra orden.
"Que rico huele." Dije rompiendo el silencio. "Igual que yo." Dijo Jungkook con una sonrisita traviesa. Solté una risa pequeña al comportamiento de Kook. En eso llegó el mesero: un joven de menos de unos 25 años, alto y con el uniforme del café. "¿Cuál será su orden?" preguntó el joven. "Dos Frapuccinos de Caramelo." Anunció Jungkook con una sonrisa. "Bien." Se retiró el mesero.
Disfrutamos de nuestra bebida mientras observábamos la lluvia caer y las gotas resbalarse sobre el cristal de los ventanales. "Ya sé que siempre te lo digo, pero te lo diré una vez más: Te amo." Dijo Jungkook con una sonrisa de oreja a oreja. "Yo también Kookie." Respondí.
Al salir, la lluvia había parado. El paraguas ya no lo necesitábamos y aproveché para tomar de la mano a Jungkook. En eso, Kookie plantó un tierno y ligero beso en mi mejilla.
*Fin Flashback*
La cafetera terminó de preparar el café de Kookie, y entusiasmada, salí de la cocina para dar con las escalera y subirlas con brinquitos. Una vez arriba, caminé por el pasillo hasta enfrentar la puerta de nuestro cuarto. Seguía dormido. Sonreí al ver a mi Kookie dormir tiernamente como hace media hora. Caminé cuidadosamente, dejé el café y mi celular en la mesita, y me recosté al lado de Jungkook.
