Capítulo 1

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06 de Julio – 19:20 hrs.

Y así comenzaba la historia de nuestro especial protagonista llamado Ethan, con aquellas simples palabras que había escuchado dentro de su cabeza mientras que dos personas le tomaban de los brazos a la fuerza y lo conducían a un lugar bastante gigante. Parecía un hospital por donde lo vieses, hasta una persona inteligente y con una mente bien cerrada, podría decir que eso era un hospital, pero ese lugar no era un hospital. Era más bien un manicomio. Dirán que un hospital y un manicomio es lo mismo, bueno… Tenían sus igualdades. Ambos acogían gente con problemas, ambos eran lugares tétricos y para nada agradables, pero uno atendía a la gente normal y el otro a gente loca.

Y para allá iba Ethan, le habían acusado de que su estado mental no era bueno, también le acusaron por robo con intimidación con un arma blanca y que al rato después actuaba de lo más normal. La gente no sabía nada de su mente. Él era normal, MUY NORMAL, los que no eran como Ethan eran los locos, los que no podían tomar las situaciones de forma diferente eran los amargados, los inútiles, los que eran manejados por sus creencias y mierdas parecidas.

Los guardias dejaron al castaño de cabello ondulado dentro de su habitación, le explicaron con palabras simples “Tú no puedes salir de aquí, pedazo de mierda. Tratas de hacer algo y te mataremos a balazos” Mensaje que cualquier estúpido entendería. Mensaje que Ethan simplemente le hizo gracia y se rio por ello –El mejor chiste del día-. Comentó al aire y aplaudió al ver como los tipos con traje azul dejaban la habitación y no la cerraban, ¿Qué clase de amenaza era esa si le dejaban la libertad de hacer lo que quisiera? Los guardias eran tan…. Raros.

Su mente empezó a divagar, escuchando varias voces dentro de él, hablando al mismo tiempo, cambiando de tema y riendo todos juntos. Voces de niñas, voces de hombres y mujeres millonarias y voces estúpidas. El castaño de ojos negros solo miraba a la puerta, viendo como la gente pasaba; unos se rascaban los brazos con tal pasión que llegarían a romper la ropa, otros pasaban hablando solos, hasta vio uno correr con los brazos arriba y dos guardias le seguían, iba a reír ante aquella escena tan chistosa e estúpida si no fuera porque vio una sombra asomarse en la puerta. Su personalidad de alerta y miedo se activó, tirándose para atrás y se quedó en cuclillas encima de su cama, ambos brazos estaban doblados en signo de miedo y su rostro, ¡Su rostro! Se podía ver el terror de tener a alguien que no conocía en su habitación. –Eres el nuevo- Una voz desconocida retumbó en aquella habitación blanca y con cierto olor a hierro.

-A… Ah… Sí- Respondió ante la afirmación que había hecho el extraño de cabello negro con mechones rubios, se le podía ver ciertos piercings en el labio en el lado izquierdo y sus ojos eran oscuros, parecía normal para Ethan, como si fuese un adolescente cualquiera que estaba en el lugar equivocado, pero en un manicomio todo era posible –Pero… Yo no…-

-Sí, sí, tú no hiciste nada, ¡Todos dicen lo mismo!- Ese chico era raro, con esa sonrisa en su rostro, normal como si ese lugar fuese su hogar –No te preocupes, querido… Si sabes comportarte, nada pasará- La advertencia hizo que Ethan sacara su lado curioso de saber qué pasaría si no se comportaba y se sentó en su cama, mirando con una sonrisa al extraño.

-¡Soy Ethan!- El apellido no importaba, era mejor que nadie supiera su apellido. El apellido valía demasiado y según el lado deprimente del castaño, su apellido no valía nada. Sus padres eran gente despreciable, gente que vivía en lo bajo. Explicar lo que eran no importaba, su vida no importaba y era una mala suerte (Para el mundo) que estuviera gastando aire que de seguro necesitaba gente mejor que él

-Nunca pregunté tu nombre, pero… Mi nombre es James- Se presentó, apoyándose en el marco de la puerta y mirando al curioso chico recién llegado –Seré tu guía, si me das la mitad de tu cena y cada comida de aquí por el resto de nuestros días-

Lo pensó bien por unos momentos Ethan, viendo los pros y los contras que estos tendrían… Aunque habían más en contra que pros -¡Injusticia!- Gritó y empezó a amurrarse en su cama, haciendo berrinches de un lado a otro y dando pequeños gritos, llamando la atención de otros y que se acercaran a la habitación. James tenía bien abiertos los ojos, sorprendido a más no poder con tal actuación, miró para atrás, pudiendo ver a los otros que se acercaban con curiosidad con los gritos que estaba dando uno de los nuevos, volvió a mirar al niño que tenía frente suyo y la rabia se apoderó de él, haciendo que se le pusiera la piel de gallina y que sus puños se cerraran con tal fuerza.

-¡ETHAN, CÁLLATE!- Y con enojo, James se tiró encima del castaño, sin importar como cayera encima de él o con qué cayera primero.

Empezando así… Una pelea.

Las cosas pasan por una razónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora