-¿Quién es él?- le pregunte a mi nueva compañera.
Ella dejo de caminar y dirigió la mirada hacia donde estaba la mía, al ver de quien hablaba abrió demasiado sus ojos y siguió los movimientos de dicho chico y cabe decir que no tenía solo los ojos de ella puestos en él, sino de todos los que estaban en el pasillo. De un momento a otro él era el centro de atención, todos lo veían y lo recorrían con la mirada, no sabía porque, no sabía si el motivo era su belleza, sus tatuajes o su seguridad al caminar. Era apuesto, demasiado para ser real pero había algo en el que me había llamado la atención y no, no era su belleza, si no sus ojos, no tenían nada de brillo, se veían vacíos y tristes.
Cuando paso por mi lado no sé si fue mi imaginación o si fue real pero se me quedo viendo y fue ahí cuando note que tenía razón.
Todos hablan de él como si lo conocieran pero nadie, nadie conocía a Alexander.
Y cabe decir que yo tuve la desafortunadamente suerte de conocerlo y él tuvo la suerte de conocerme.
Soy Isabella Williams la primera chica que logro sacar a Alexander de la oscuridad pero lamentablemente al hacerlo yo había terminado por ocupar su lugar.