TRAVELING

Taehyung había visto a Jungkook en al menos otras 4 ocasiones antes de que esa noche lo viera entrar por la puerta.

La primera vez, fue cuando había llegado de Daegu.

Tenía 7 años, no más. Y estaba completamente devastado, sus padres se habían tenido que mudar de Daegu por una oferta de trabajo para su padre.

El y su hermano Baek, se tuvieron que despedir de todos sus amigos en tan solo un mes.

Y él estaba sumamente enfadado y triste, pensando en la pequeña ciudad en la que viviría ahora.

Así que cuando llegó a la pequeña Busan, no pudo evitar sorprenderse por la cantidad de personas que había en la estación de trenes. Su padre amaba los trenes, y había pasado ese amor a sus dos hijos, y habían viajado hasta esa ciudad en un lindo tren. Pero cuando llegaron la gente estaba muy agitada porque muchos volvían de sus vacaciones para regresar a la escuela y sus trabajos.

Taehyung había tomado su maleta, y había caminado muy cerca de su hermano, para no perderlo de vista. Pero su maleta cayó, porque se había tropezado con una señora y tuvo que detenerse, cuando levantó la mirada, su hermano se había ido.

Dio un gemido, lo buscó con la mirada por unos minutos y al detenerse a mitad de la salida del tren, estaba deteniendo el flujo de la gente. Así que de pronto lo vio por primera vez.

— ¡Vamos rubiecito! — escuchó una voz desde detrás, un acento diferente — Camina y déjame salir.

Volteando la mirada se encontró con un niño de su estatura, tez morena y un cabello tan negro como la noche. En ningún momento sus ojos se encontraron, el chico lo empujó por la espalda y lo hizo bajar.

Taehyung casi tropezó, pero cuando se irguió de nuevo, vio a Baek agitando la mano. Corrió hasta encontrarlo. Estuvieron esperando a su padre, que buscaba a alguien que los llevara. Taehyung estaba aburrido, viendo a nadie en particular.

Y lo volvió a ver, el chico que lo había empujado del tren llevaba unas maletas mientras le sonreía a una señora. Lo siguió con la mirada, y se dio cuenta de que no era un viajero. Cuando dejó a la señora, regresó y ayudó a alguien más. Taehyung pensó que era de esos niños que estaban en las estaciones ayudando para conseguir un poco de dinero.

Pero luego vio a un señor llamarlo, y reconoció el uniforme, era el encargado de la estación.

— ¡Hijo!, ven aquí, tienes que irte a casa con tus hermanas.

El chico había vuelto la mirada y se había ido pidiendo una disculpa por golpear en el camino a una señora.

Luego su padre había llegado y él se había olvidado del moreno, caminando tristemente hacia su nueva vida.

🚂

La segunda vez que lo había visto fue como a los 10 años, un día que lo llevaron de excursión a un museo interactivo.

Taehyung estaba inscrito en una de las mejores escuelas, un colegio para niños de una posición económica buena. A Taehyung le gustaba, no era presuntuoso, pero siempre le habían gustado las cosas buenas.

Ese sábado los habían citado para llevarlos al nuevo museo. Era de esos interactivos, donde había maquinas con la tecnología más avanzada. Podían pensar que estaban en el espacio, hacer experimentos, viajar por diferentes épocas. Muy divertido.

Sabía que había escuelas invitadas, desde los mejores 3 colegios, hasta las escuelas de asistencia, donde los niños de bajos recursos iban a estudiar. No le importaba, él no era así, le gustaba convivir.