Fuiste aquella ilusión que llenó de colores mi mundo que era en blanco y negro. Fueron tus besos lo que me recordaron que tenía un corazón cuando éste comenzó a latir como un loco desquiciado, cuando con un sólo roce de tus labios dieron vida a los mios. Y es que tu esecia me embriagó al tal sentido que dejé de pensar para solo dejarme llevar por aquel embujo que tu solo presencia hacía efecto en mí. Cada palabra taladró aquel caparazón que con tanto trabajo formé capa por capa. Tus ojos traspasaron mi alma y floté en la ilusión que por mucho tiempo rechacé en otros rostros, en otros cuerpos. Y es que tú eras aquel detonante que no había encontrado el cual me hizo despertar del letargo donde me sentía segura. ¿Y para qué? Si sólo querías volver a destruir aquello que con tanto esfuerzo construí. ¿Y para qué? Si mi coraza para ti fueron tiras de papel. Y aqui estoy construyendo una muralla impenetrable, porque la coraza no fue sufiente porque nuevamente me encuentro en ruinas de lo que yo creí que era indestructible. Esta vez mis muros serán tan altos que ni yo veré al otro extremo.
Una pregunta sin respuesta.