Prólogo (o otra manera de meter relleno)

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Nací entre árboles, en la villa...villa...no sé. Nunca me acuerdo del nombre de mi pueblo porque siempre le llamaba "villa". Mis padres huyeron cuando nací porque, la verdad, tampoco me querían tanto. Creo que aún me acuerdo de la escena, pero será mejor que no lo diga, no fuera que alguien no le gustara mi estilo... descriptivo de redacción. Los pasé bien, mis días de bebé, comiendo - durmiendo - chillando - comiendo, aunque no fuera de los pechos de mi madre que comiera, si no de la corteza de los árboles, porque es lo que hacen todas las ninfas cuando nacen. No obstante, mi vida como niña si que fue más interesante. Aún me acuerdo de ese dia en el que no me atraganté con la silla de casa, construida por mi misma, al pensar que era un pastel de nata. ¿Os he contado nunca que soy más veoda que el rompetechos fusionado con un topo mareado mientras le tapan los ojos?

No soy la que dicen "la ninfa perfecta": la magia más compleja que sé hacer es crear un pequeño trocito de madera en mis manos, que después me como rápidamente, porque también soy una comilona.

No tengo amigos o amigas, y las pocas que tuve me lanzaron por el río, "literalmente"", al darse cuenta de que no me gustaba Roberto, el elfo al que todo el maldito mundo tenía que gustar, si no, te hacen bullying.

Lo que más me gusta es salir a la ciudad, donde viven los humanos, y observar-los. Precisament esto es lo que hizo que Del y yo nos encontrámos .


***


Hola me llamo Del y vivía en una mansión con mis padres , todo era monótono y se repetía todo el rato. Me levantaba, desayunaba, me vestía y hacía 1.000.000 flexiones...
Bueno no, sólo hacía 10, pero lo hacía cada día...
Bueno, sólo lo hacía cuando me apetencia... vamos nunca, pero un día decidí ponerme a entrenar.

Cuándo vino mi entrenador me acuerdo que fue el peor día de mi vida .

Lo peor fue que tuve que levantarme del sofá y dejar de jugar a la Playbox 7000 con el juego del Call of Fornite.

Bueno os voy a dejar de hablar de mí vida que es muy aburrida y no quiero que os durmáis leyendo.

Ah, si os preguntáis el entrenador ...
No duró mucho pero me concienció en que tenía que hacer algo de deporte hacía que un día salí a correr por la calle y me tropecé y caí en una rampa y seguí rodando...
Así que no salí a correr por la calle. 

Empezé a correr por el centro comercial y dió la casualidad... de que me caí por las escaleras. Como acabáis de ver, no sirvo para correr, ni para hacer deporte. En fin, que parecía que sólo sabía andar de tan torpe que era.

Desde entonces me puse a entrenar y mejorar mis condiciones: 100 abdominales, 100 sentadillas y 100 flexiones. También corría 100 kilómetros cada día, pero esto ya era muuucho más difícil de conseguir...

Pasaron los meses y ya estaba más reforzado que un tanque de guerra, aunque lo de correr seguía siendo mi talón de Aquiles. Precisamente, fué uno de esos días en el que estaba corriendo cuando me choqué con una "chica" que se llamaba Elda, creo recordar...


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⏰ Última actualización: Apr 24, 2018 ⏰

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Karma (o la historia de un mundo desrtruido por la maldad)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora