Por las noches

¿Calcular el amor?

Yo odio las matemáticas y conocí a alguien que ama las matemáticas partiendo desde allí creó que estaba destinado al fracaso y no me encontraba siendo pesimista pero era algo que sabía, cómo cuando sabes que mamá te regañará por llegar tarde algo así pero lo que desencadeno el inminente final fue su cálculo para saber el resultado del amor que yo sentía por él, siendo realistas a quién se le ocurre hacer eso. Por eso no logré entender porque su amor por las matemáticas tuvo que entrar a nuestra relación, hoy todavía me lo preguntó.
Que iba a saber ese cálculo de lo que yo sentía cada vez que él me miraba a través de sus lentes, esas mariposas haciendo estragos en todo mi cuerpo porque no atacan solamente mi estómago si no todo, mi cerebro quedaba embobado con ellas mientras yo intentaba mantener una conversación coherente con él, que iba a saber ese cálculo de lo que sentía mi corazón cuando él me daba un abrazo, que sabía ese cálculo de las miraba ocultas que le daba solamente para admirar lo hermoso y afortunada que me sentía porque él fuera mi chico, que iba a saber ese cálculo de lo nerviosa, ansiosa y sin apetito que me volvía antes de la cita, de lo que sus besos me traslocaban y me dejaban más allá de las nubes donde el sol y la luna de encuentran todas las noches para jurarse amor, que iba a saber de lo que sentí cuando lo ví por primera vez. Ese cálculo fue un antes y un después porque las matemáticas como suman también restan y en nosotros resto porque me sentí como una ecuación más por resolver en su inmenso libro de cálculo, que por más que obtuviera el resultado nunca sabría lo que mi cuerpo, mente y alma sentía por él, porque podría demostrarlo pero para él no sería suficiente pues lo que para él era verídico y exacto eran sus preciosas matemáticas.