Because It's You - YoonSeok / Sope (Corregida)

001; Abrázame.

Canción que me sirvió de inspiración para este pequeño O.S.

Por si alguno queda algo desconcertado, de antemano les diré que es Hoseok el que narra.

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Ha pasado otro año
y sigues siendo ante
mis ojos solo un niño.

Lo has hecho bien, pasaste por muchas cosas pero no te dejaste derrumbar, me siento orgulloso.

Alguien desde fuera que es ajeno a esto solo ha visto la superficie de toda esta mierda, apenas saben de ti, no saben de los momentos de depresión y de tristeza que has soportado en silencio. Fueron muchas las noches donde en plena madrugada te adentraste en mi habitación y sin decir una palabra te metiste en la cama abrazándome con fuerza mientras tu cuerpo tenía ligeros espasmos debido a las lágrimas que se deslizaban por tus mejillas. Nunca te pedí una explicación y tú hacías como si nada pasara, creo que en cierto modo estabas agradecido de mi silencio.

No se hacen una idea de hasta que punto has llegado a odiarte a ti mismo y sin embargo mírate... sigues sonriendo.

Todos te rodean, tanto nuestros compañeros como todo el equipo están aquí y yo me encuentro con la cámara en las manos, grabándolo todo y que este precioso instante no se pierda jamás.

P̲a̲r̲e̲c̲e̲s̲

t̲a̲n̲ ̲f̲e̲l̲i̲z̲.

La habitación tenía las luces apagadas, solo estaba el resplandor de las llamas. Hyung está sosteniendo una tarta frente a ti con las velas encendidas y dos números, cumples veinticinco.

La canción de cumpleaños se terminó y cerraste los ojos mientras pensabas en un deseo, al volverlos a abrir tu mirada se encontró con la mía mientras me sonreías. No sabía bien qué significaba eso pero me encanta verte así, tus ojos transmitían calidez.

Las velas se apagaron y las luces se encendieron llenando la estancia con el ruido de los aplausos y comentarios sueltos felicitándote.

El día transcurrió tranquilo, no tuvimos mucho que hacer ya que por su cumpleaños nos dieron el día libre. Los siete nos fuimos a las afueras de la ciudad, donde todo era más tranquilo y cenamos en un restaurante de la zona, que permitía una visión panorámica de la ciudad de Seúl, con cientos de luces extendiéndose más allá de lo que la vista podía alcanzar.

Pero todo eso no duró mucho y tan pronto como el día comenzó, se terminó. El sol ya se había puesto y era hora de regresar.

Los chicos se encontraban unos metros más adelante, mientras que Min y yo nos encontrábamos caminando el uno junto al otro. Él tenía la mirada en el suelo mientras golpeaba una piedra del camino y yo tenía la vista fijada en el frente, había silencio, pero no resultaba incómodo.

- Hobi, esta noche no te duermas. Iré hasta tu habitación más tarde, cuando todos ya se hayan acostado.

Asentí mirándole de reojo y poco después llegamos hasta el pasillo donde nuestras habitaciones estaban. Nos paramos a conversar durante un tiempo y como si fuera ya algo inevitable, escuchamos los chistes malos de Jin y su risa contagiosa que se pegaba con mucha facilidad. Pasada la media hora nos dimos las buenas noches y entré a la habitación.

Lo primero que hice fue cambiar mi ropa poniéndome algo cómodo y me tumbé sobre la cama, prendiendo la luz de la mesilla y con un libro entre mis manos empecé a perderme entre las líneas de Orgullo y prejuicio.

La puerta se abrió haciendo que mi atención se fijara en el chico de ojos oscuros que caminó hasta mí, echándose con toda naturalidad al lado. Pasé mi brazo por sus hombros mientras que este apoyaba la cabeza sobre mi hombro, tenía una mirada curiosa puesta en saber qué es lo que estaba leyendo pero pronto dejó de prestarle atención para comenzar con su dedo a trazar figuras sin sentido por mi pecho. No teníamos la necesidad de hablar, la cercanía de uno con el otro era más que suficiente para hacernos olvidar todos los males.

Su mano se estiró agarrando mi libro y quitándomelo de las manos para dejarlo sobre la mesilla. Bajé la mirada hasta él y me acomodé girando ligeramente mi cuerpo en su dirección pasando el brazo libre por su cintura.

- ¿Ocurre algo? - susurré - Has estado callado desde que has llegado. Pensaba que tenías algo que decirme.

Negó inclinándose hacia mí, depositando un pequeño beso sobre mis labios. Su mano ahora estaba sobre mi mejilla dándome una suave caricia con una sonrisa, se acercó nuevamente y esta vez el beso tomó una intensidad diferente, deseo. Su mano se enredó entre mi pelo dando un ligero tirón mientras se posicionaba encima. Mis manos comenzaron a explorar su piel por el interior de su camiseta, pero antes de dejarme ir a más se alejó unos centímetros para poder mirarme a los ojos y con los labios ligeramente hinchados habló.

- Quiero que sepas cuánto te quiero, porque tú desde el inicio has estado ahí para mí, ofreciéndome un lugar al que acudir en los momentos que ni yo mismo sabía si merecía la pena seguir con esto... - sus ojos se aguaron, pero ninguna lágrima salía - porque me has devuelto las ganas de seguir adelante y muchas cosas más, pero sabes lo malo que soy para expresar este tipo de sentimientos y...

Puse un dedo sobre sus labios para que se detuviera. Entendía perfectamente el punto al que quería llegar, porque yo me sentía exactamente igual.

Le amo.

No tengo ninguna duda de ello y si la vida así lo quiere, jamás me separaré de su lado. Porque este chico llamado Min Yoongi, es mi otra mitad, el otro extremo de mi hilo rojo del destino.