Brisas de alivio.

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La brisa recorre con disfrute entre las cosas, le encanta sentir la piel de las personas, acariciarlos dándoles a notar que no están solos, al menos eso quería pensar Taeil cada vez que le recorría el cuerpo.

Con las pocas ganas camina hacia uno de los bancos ubicados en los pasillos exteriores de la facultad, necesita dejar escapar unos cuantos suspiros y ver el cielo para intentar retomar ánimos para volver a clases en unos 15 minutos.

John Seo intenta retener lo posible la respiración, está llegando tarde a la primera clase del día y es algo que no puede permitirse, no cuando ya había pasado un cuatrimestre haciéndolo, recibiría el mismo rostro de decepción por parte del profesor, y estaba harto de eso, ya suficiente tenía con ver esa clase de expresión en su casa.

Descansa segundos antes de ingresar en la totalidad de la institución, inhala y exhala, pestañea y su vista viaja a un joven reposado en una de las bancas del pasillo, un pequeña sonrisa se dibuja, eso fue suficiente para seguir su camino. 

Luciérnaga. JohnilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora