El misterio de Pequeña Caracola

Maternidad

-Despierta Pequeña Caracola- aulló una voz al oído de la joven gata atigrada marrón clara

-Déjame Pequeño Cuervo- gruñó girandose y tapándose las orejas con sus pequeñas zarpas

-Qué aburrida eres- Pequeña Caracola se levantó

-Cállate Pequeño Plumoso- gruñó saltando sobre su hermano gris

-Id a fura- el firme maullido de su madre les dejó claro que no había otra opción- Pétalo Caído necesita dormir

-Gracias Pelaje de Noche- ronroneó la reina parda

Pequeña Caracola salió afuera detrás de sus tres hermanos

-¡Mañana nos nombraran aprendices!- con un aullido Pequeño Leopardo, hijo de Crispada, saltó sobre ella

-¡Qué suerte!- maulló Pequeño Cuervo

-Yo también quiero- dijo Pequeño Plumoso

-Pues aun sois pequeños- se pavoneó Pequeño Empolvado

Pequeña Caracola suspiró y se alejó 

-No te molestes- maulló yendo tras ella su única hermana, Pequeña Rocío.

Ella roneoneó

-Tranquila, oye ¿Vas a ser curandera?

-Bueno, me encantaría, pero Pequeño Candor también quiere, creo que le voy a dejar a él

-Eres demasiado buena, no se lo merece- soltó un ronroneo de risa

-¿Por qué?- su hermana ladeó la cabeza

-Por ser hermano de Pequeño Empolvado- maulló

-No seas tan dura- su hermana gris muy clara le dio un golpecito en la oreja

Pequeño Leopardo se acercó

-Hola- saludó a las hermanas- Cuando sea guerrero os podré enseñar algunos movimientos

-Dirás aprendiz- corrigió Pequeña Caracola

-Sí, eso

Pequeña Caracola se levantó

-¡Qué vayas a ser aprendiz no te hace mejor!- gruñó alejandose

Su hermana trotó tras ella

-¿Qué te pasa?

-Nada

-Has sido muy brsca

-Se cree mejor- bufó agitando la cola mientras corría hacia la maternidad.

ARriba Pequeña Caracola