Como Un Dios

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Damián suspiro echando la cabeza hacia atrás mientras se sentaba a horcajadas sobre uno de los muslos de Jason. La mano de Jason estaba entre sus piernas, acariciando perezosamente su cuerpo, y la botella de lubricante descansaba en el borde de la gran bañera. Cada vez que él más pequeño se movía, el agua excesivamente cálida se derramaba a su alrededor teñida de rojo por la bomba de agua que Jason había comprado para sorprender a Damián, después de tardar en convencerlo en tomar un baño para relajarse.

Damián se negaba, siendo escéptico al principio de la pequeña discusión, ¿Por qué se necesitaba el agua colorada?, temía que dejara su baño cubierto de pintura, anteriormente por parte de una broma de Steph, Tim y Dick había terminado lleno de escarcha, y Damián no era un fanático de aquellos colores tan brillantes o de tener que limpiar aquel desastre.

Pero había visto como Jason sostenía aquella cosa entre sus manos, y como la sumergía bajo el agua y el líquido humeante comenzaba oscurecerse hasta pintar el agua de un hermoso rojo que se extendía rápidamente como sangre recientemente derramada sobre el piso, parecía un baño apropiado para la misma Erzsebet Bathory. Y algo acerca de ese pensamiento hizo que el vientre de Damián sintiera un cosquilleo, la parte de él que aún se aferraba al hilo de sed de sangre se excito con solo ver el agua pintada de rojo.

En el tiempo presente Damián jugaba con sus manos a través del agua, frotando el pecho de Jason, el mayor sonrió, vio como Damián levantaba la cabeza con cuidado mientras sus manos recorrían el cuello de Jason hasta su mandíbula.

Abrió la boca, cuando los húmedos dedos de Damián se deslizaron a lo largo de sus labios recorriéndolos, los tomo y empezó a pasar su lengua sobre ellos ante la mirada atenta del demonio. Damián se estremeció, agarrándose del cuerpo ajeno y se preguntó si el agua tendría un sabor diferente. Remaches de rojo corrían por la mandíbula y el cuello de Jason, sobre su pecho, sus pectorales, descendiendo por todo su torso para que aquellas gotas se perdieran en el mar rojo dentro de la bañera.

Damián devolvió su vista arriba encontrándose con la de Jason cuando soltó al fin sus dedos. Los ojos de Jason sobre él mismo, parecía una mirada echa de fuego, sentía que ardía, se sentía como una especie de metal ardiente primario que irradiaba y prendía directamente el centro de Damián. Hizo que quisiera ser destrozado por el mercenario. Quería ser la maldita ofrenda para Jason, porque este parecía un Dios en ese momento.

Y podía parar el momento y ponerse a reflexionar el hecho de que cayo tan fácilmente en querer adorar a Jason como un Dios, pero lo haría más tarde o mañana o simplemente nunca.

Los dedos de Jason entraron solo por un momento y se retorcieron en su interior antes de salir, dejando a Damián quejándose. Odiaba sentirse vacío, pero sabía que vendría el pene de su amante, aunque no hubiera sido preparado de la mejor manera. Damián disfrutaba del dolor, y Jason lo sabía. El mayor se rio entre dientes, y se inclinó hacia adelante y paso un brazo alrededor del cuerpo más pequeño, lamiendo el rastro de agua que se había dejado por el solo movimiento en el pecho de Damián.

. - ¿Estás listo? - Pregunto colocando un suave beso en el hueco de las costillas de Damián, este solo pudo asentir en respuesta, buscando el lubricante y sosteniendo la botella entre dos dedos ofreciéndola a Jason como si no tuviera que preguntar aquello.

Damián siempre estaba listo para él. Y el agua ayudo, mantuvo sus músculos relajados y su cuerpo dulcemente tatareando. Jason agarro la botella, volteándola y vertiendo una gran cantidad de lubricante en su mano, para compensar el hecho del que el agua lavaría la mayor parte de ella, bajo la botella, tratando de apretar su mano lo más que podía mientras la sumergía, antes de acariciar su puño resbaladizo lo largo de su propio pene.

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⏰ Última actualización: Mar 23, 2018 ⏰

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