El olor a café, gente charlando y los peculiares sonidos característicos de una cafetería era todo lo que rodeaba a Taehyung quien, como siempre a la misma hora, se encontraba sentado en una pequeña mesa no tan lejana a la barra.
El chico de cabellos castaños que no faltaba ni un solo día a esa cafetería mantenía su vista en el libro que sostenía en sus manos, mas no le prestaba atención a las letras impresas en las páginas. Apenas podía decir que era una excusa para no verse tan solitario en esa mesa vacía. Fingía entretenerse mientras que cada cierto tiempo le daba un sorbo a la bebida que ordenó.
Amargo.
Como la mayoría de los cafés, un sabor que por lejos no le agradaba a Taehyung, pero la verdad era que él no estaba ahí por el café.
El de cabellos castaños siguió con la mirada a un mesero que iba apresuradamente a la barra para llevar un pedido, pero tampoco le importaba el mesero. Las excusas para fijar su vista en la barra eran limitadas, pero sabía bien como aprovecharlas. Ver hacia aquella barrera de madera era la verdadera razón de encontrarse ahí, solamente porque ahí estaba él.
Un lindo chico de cabellos oscuros con uniforme de barista, una camisa blanca arremangada hasta los codos y un pantalón elegante negro que era parcialmente cubierto por un medio delantal del mismo color. Él siempre encontraba detrás de aquella barra a esa hora del día, realizando rápida y sofisticadamente el proceso para un café espumoso, por completo concentrado en las maniobras para entregar la bebida perfecta. Esa era la vista que Taehyung buscaba cada que entraba en el establecimiento.
No era por el café, tampoco era el ambiente. Simplemente era un chico que buscaba la oportunidad de ver a una persona de la cual ni siquiera conocía el nombre.
Le gustaba la sensación que sentía cada que aquel chico estudiaba a los clientes y por un momento fijaba su vista en él. Buscaba el nerviosismo al momento en que se acercaba a la barra para pagar y estar un poco más cerca. Se llenaba de la esperanza de que, tal vez un día, si es que tenía suerte, puedan llegar a entablar una conversación.
Lo sabía. Taehyung había pasado ya bastante tiempo observándolo y tenía que detenerse ahora antes de crear una atmósfera incómoda. Así que, aun si no quería, se obligó a fijar su vista en un par de mesas antes de volver a su libro.
Mientras tanto, el de cabello oscuro por fin tenía un respiro después de entregar varios pedidos. Observó con cuidado el establecimiento que ahora no se encontraba casi lleno, siendo la hora habitual en la que los estudiantes de una universidad cercana acaparaban las mesas. Miraba fugazmente las expresiones complacidas de los clientes, llenándose de satisfacción por haber hecho un buen trabajo. Eso hasta que su mirada llegó a la mesa de su cliente frecuente.
El chico de cabellos castaño y gafas siempre iba a ese lugar, nunca fallaba, y eso de algún modo había llegado a formar parte de su rutina, haciendo de su presencia algo tranquilizador. El chico era paciente y siempre tenía una cara serena aun cuando él llegaba a tardarse un poco más de lo habitual en realizar su pedido. Llevaba todos los días un libro y Jungkook mentiría si dijera que no ha tenido curiosidad sobre el tipo de textos que siempre tenían tan atento a su cliente.
Aun cuando la mayoría de veces visitaba el lugar solo, Jungkook recordaba la vez que él había llegado con un amigo. Mientras tenían una charla amena, el barista pudo apreciar ese día la sonrisa del castaño que lo atrapó por un momento. En su cabeza apareciendo espontáneamente el pensamiento de lo bien que se debía sentir conseguir esa sonrisa.
Pero eso seguía siendo solo un pensamiento.
El mismo pensamiento que cruzaba por su mente cada que le daba la espalda a la barra para poder ver la mesa del castaño desde un pequeño espejo que utilizaban para calcular la clientela que tenían cuando maniobraban las máquinas. De un día a otro, esa herramienta se había convertido en su mejor amiga. Sería extraño solo mirarle fijamente y lo que menos quería era terminar por espantar a su cliente favorito.
Siempre era mejor ser discreto y mirarle por el espejo. Justo como estaba haciendo en ese momento.
Ahora estaba leyendo su libro, solo había tomado un par de sorbos en su café y eso frustraba al pelinegro ¿por qué solo unos sorbos?, ¿acaso no estaba bien preparado?
—Hey, Jungkook —habló un compañero del trabajo, el que tenía el puesto de mesero —más pedidos, muévete.
El joven sólo asintió y se dirigió a donde los pedidos lo esperaban. Tenía que concentrarse en su tarea, pero el sonido de la caja registradora no muy lejos de donde estaba llamó su atención. Observó por el rabillo del ojo con curiosidad y fue capaz de diferenciar al castaño pagando su pedido.
Rápidamente, volvió su atención al café para nuevamente mirar por el espejo y verificar la segunda mesa de los clientes frecuentes. La mesa donde normalmente se encuentra una linda chica, pero el lugar ahora se encuentra vacío únicamente con las tasas que no han sido recogidas por el servicio.
Al inicio Jungkook no lo había notado, pero después de comenzar a observar con más cuidado al castaño se percató de que el chico siempre llegaba poco después que ella y se iba casi de inmediato tras ella abandonar el lugar. No podía tratarse de una coincidencia, no cuando ocurría prácticamente todos los días. Menos aún cuando el chico ni siquiera se terminaba la mitad de la bebida que pedía todos los días.
—Así que es así —susurró para sí mismo mientras seguía con su trabajo, intentando distraerse entre el chillido de las máquinas para no escuchar la pequeña campana de la puerta.
El castaño, por su parte, pagó su café y se aseguró de disimular bien su mirada posada en el barista. Solo cuando se dirigió a la salida y lo perdió completamente de vista, sintió el peso de la derrota sobre sus hombros.
—De nuevo no hablaste —se dijo a sí mismo —cobarde...
Y así, con el sonido de la puerta al ser cerrada, había terminado con su visita diaria al establecimiento en donde no solo el sabor del café era amargo.
Algunas personas me pidieron la continuación de esto, pero aún no tengo muy en claro como lo haría je.
Gracias por sus votos y coman mucho pan.
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Amargo | KookV
FanficSiempre a la misma cafeteria, siempre a la misma hora, pero si no le gusta el café ¿Qué es lo que hace el ahí? Inspirado en un hilo de twitter pero perdí el user, créditos a quien corresponda.