Caso principal: fecha xx/oo/xoxo
El clima de aquel día era templado, como cada día en que él se hacía presente. Siempre a la misma hora y lugar el organillero(*) llamaba con aquella melodiosa música, invitando a todo aquel menor incauto a escuchar y disfrutar de fantásticas y maravillosas historias. Todo lo que él buscaba, era llenar los corazones de aquellos infantes... esos pequeños seres que ilusionados, buscan más nada que el pasar de un grato momento y divertirse.
Desde que llego al pueblo, aquel hombre de extensa gabardina negra se volvía a presentar una y otra vez, si... se presentaba a sí mismo en un pequeño parque, cual los menores usaban como lugar de recreo. Silencioso.
-bienvenidos!, sean todos ustedes muy bien venidos~, saben?, el día de hoy se realizará algo muy distinto a lo que tradicionalmente están acostumbrados mis pequeños. Hoy!, quiero que me cuenten cuáles son sus deseos– exclamaba con gran soltura observándolos –Si!, quiero que me describan todos los sueños que guardan, todo aquello que más ambicionan, lo que sus pequeños espíritus anhelan, y yo con mi magia!!– soltaba mientras realizaba grandes ademanes con sus manos –los volveré cada uno en realidad, adelante!, no sean tímidos~ y dejen salir todo aquello que sus corazones les dicten–
Al inicio todos los menores miraron extrañados al hombre, rareza expresaban la gran mayoría en su mirar, pero en cuanto apareció la "Dama de Rosa" (como los menores nombraron a una muñeca de títere) todos empezaron a reír y contar sus infantiles sueños... todos, a excepción de una parejita de hermanos. La hermana mayor, de actitud más bien cerrada y quien parecía ser el hermano menor, de apariencia más bien animada, siempre jugaban juntos en un rincón ignorando al mundo... o tal vez, ellos eran realmente los ignorados por los demás.
El atardecer calló en un abrir y cerrar de ojos, y con ello, todos los pequeños fueron abandonando el lugar felices junto a sus familiares. Las estrellas en el cielo demostraban cual tarde era ya, y para la pareja de jóvenes hermanos era hora de partir, sin embargo, antes de iniciar su regreso como normalmente lo hacían, notaron que el hombre mayor seguía en aquel parque, algo muy sospechoso pensaría cualquier adulto, pero para al menos uno de los hermanos era la mejor noticia, y así, a paso lento e incauto se encaminó sosteniendo siempre la mano de su amada hermana.
En este punto es donde da inicio su gran historia...
–señor mago!, señor mago!!– con su pequeña mano que parecía estar cubierta por la gran y desgastada prenda que usaba, jaló con fuerza la gabardina del gran hombre, quien al percibir al menor le sonrió.
–dime pequeño– se agacho hasta la altura del menor –han gozado de las historias tanto como los demás?– y recibiendo un rápido asentimiento de cabeza como aprobación continuó –entonces mi pequeño, dime... porque nunca los he visto acercarse como el resto?–
–porque sus historias son puras mentiras, solo un tonto las creería– respondió rápidamente la pequeña con un serio mirar.
–señor mago!– prosiguió el joven –es magia verdadera la que hace?, es cierto que puede hacer lo que sea?–
El hombre al observar aquel rostro tan inocente y sincero... pero por sobre todo deseoso, soltó una pequeña risa y apoyó ambas manos acariciando las cabezas de ellos y habló –bien... déjame contarte un gran secreto, pero deben jurar no decírselo nunca a nadie, muy bien?– al recibir una ligera aprobación de parte de ambos, apunto a la caja que siempre cargaba consigo y de la cual sacaba todo su material –miren aquí... todo lo que ustedes ven, es magia pura!– aunque tras observar la cara de disgusto de la menor volvió a reír –si my lady no me cree, pídame entonces lo que desee y seré yo mismo quien en un abrir y cerrar de ojos se lo conceda– finalizaba tomando delicadamente su mano.
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Un cuento antes de dormir.
FanfictionVen, vamos... es tiempo de que apaguemos la luz y cierres tus ojos para que puedas descansar, ya mañana será otro día. Si no te puedes dormir... me quede contigo hasta que tus miedos se vayan, haré guardia para que aquellas sombras no te espanten má...