Salí del instituto y tomé el camino hacia casa de mi abuela, como de costumbre. Todos los días el mismo recorrido, de la casa de mis abuelos al insti y del insti a casa de mis abuelos.
Solía ir con Mar, mi amiga. Pero hoy no era así, ya que había faltado a clase, debía estar resfriada.
Estaba a punto de girar la calle y apareció, no fallaba. Siempre me cruzaba con el mismo chico y siempre me quedaba mirándole como una tonta. Era alto, pero no mucho, su pelo era rubio oscuro, sus ojos eran entre verdes y marrones, realmente bonitos. Tenía pinta de ser skater y llevaba un dilata en la oreja izquierda.
Pensaréis que lo tengo muy analizado, pero la verdad es que me fijo mucho en la gente, aunque en el me fijaba aún más.
