INTRODUCCIÓN

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¿Alguna vez dijisteis a alguien que os daba igual perder a una persona y sin embargo llorar de nostalgia al recordar su nombre? ¿Alguna vez os habéis levantado con ganas de decirle a esa o esas personas que las amais, que no puedes vivir sin ellas? ¿Alguna vez pasasteis de tenerlo todo a no tener nada y por causas de la vida recupararlo todo otra vez? Pues a mi sí me ha ocurrido. Hace unos meses la rabia, el enfado, el orgullo, el egoísmo y el dolor me separó de las tres personas que más amaba de este mundo. La rabia y el enfado de ver que nadie se quería poner en mi lugar, de ver tantas criticas hacia mi... Hicieron que de una forma u otra hablara con mi orgullo, del que apenas carecía, y no se si se puede catalogar como egoísmo, pero después de mucho tiempo decidí volver a dedicarme tiempo a mi mismo, a alejarme de todas esas personas que sentía que me estaban atacando y echando de su lado. Me volví más arisco, más pasivo de todo... Definitivamente yo sabía que ya no era el chico que nadie había conocido.

En ese momento nada parecía importarme. Yo seguía con mi vida, mi nueva vida. Nuevo instituto, nuevos estudios, nuevas personas y nueva ciudad. Comencé a notarme más alegre según pasaba los días, lo cual me sirvió como motivación, hasta tal punto que mis notas comenzaron a mejorar notablemente. De todos modos nunca me había parado a pensar el motivo de ese bienestar.

Esporádicamente me venían ciertos recuerdos de esa gente que yo había dejado atrás, recuerdos de tres de ellos especialmente. Cuando caminaba por la calle Rivero de Avilés y veía la heladería en la que siempre parábamos en verano y pedíamos nuestros helados de yogur o cuando iba caminando por el Parque Ferrera y recordaba nuestras canciones de Fito, Estopa y Melendi y como olvidar mis motivaciones con aquel amigo cada vez que veíamos un coche que nos gustaba.

Esos recuerdos se hicieron cada vez más habituales y caí en la conclusión de que mi bienestar se debía a que yo por fin había vuelto a ser el que era y no por haber echado a aquellas personas de mi vida, aunque de no haberlo hecho seguramente no me hubiese podido encontrar de nuevo a mi mismo.

EL REENCUENTRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora