Es mi culpa por ser como soy
Es mi culpa por ser quien soy
Es mi culpa porque así como soy, no soy nada.Me encontraba recostada en la cama, con completa atención en una motita de polvo, o papel, vete tu a saber.
Subía y bajaba a un ritmo perdido, se deslizaba a la derecha, a la izquierda, de nuevo a la izquierda y una vez más hacia arriba.
De fondo escuchaba la lluvia entrecortada, confusa, no podía entender lo que decía mientras miraba la motita.
Me sentía rígida del cuerpo, no reaccionaba, sentía que no me había movido en mi vida pero eso estaba bien, se sentía bien. El leve cosquilleo del brazo en el que me apoyaba era lo único que me recordaba que estaba viva.
Bueno, que aun seguía en este mundo. Aunque no estaba segura de cuál.
Respiraba entrecortada mente como si me costara muchísimo esfuerzo el simple hecho de inhalar un poco de aire. No lo entendía pero tampoco quería hacerlo ¿para qué? ¿qué sentido tenía? En ese momento nada más importaba, sólo la motita que danzaba en mi habitación.
De repente desapareció sin más, haciéndome parpadear rápidamente.
¿Dónde esta? ¿Qué ocurrió? ¿Porqué tengo llena de lágrimas mi cara?
Sentí un leve mareo y muchas punzadas en todo mi cuerpo.
¿Cuánto tiempo estuve recostada?
Poco a poco fui estirándome para recuperar la movilidad en mi cuerpo y dejar de sentir esos horribles hormigueos. Me limpie las lágrimas con las mangas de mi blusa y trate de concentrarme en aclarar mi mente y mis ideas para quitar el dolor de cabeza que se volvía más fuerte a momentos, era como si me estuviese palpitando el corazón en la cabeza pero con más dolor de lo habitual.
Me senté en la cama mientras las cosas dejaban de moverse a mi vista y fije mi mirada en el espejo de mi tocador para distinguir mi figura demacrada, con una cara ojerosa, hinchada, roja cual tomate y con los ojos tan brillosos por haber llorado tanto que me dio pena y vergüenza por mi misma.
¿Cómo llegue a este estado?
De pronto no había lluvia, no había motitas en el aire, no había nada.
Mi visión se torno oscura.
Y entonces recordé.
Pero ojalá no lo hubiese hecho.