La historia de Viviana

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Lado lectora-escritora

Ahora voy a pedirte que te expandas a la imaginación.

Vamos a contar una historia, síganme por aquí, por favor.

Observe la pizarra. Esto se contará en tercera persona y quiero que lo vea bien.

Sí, lo vea, en su mente, obviamente.

Viviana cuando era una pequeña niña, tenía muchos libros, no se acuerda sus nombres, pero los tiene guardados en una caja hasta la fecha.

¿Pero de dónde salieron estos tesoros?

Se preguntaran ustedes.

En realidad, Viviana no sabía que le gustaba leer, pues era un poco despistada. La escuela regalaba libros y ella los leía, sin embargo ella no se daba cuenta que era uno de sus gustos más preciados.

Obvio, estaban los juguetes. A esa edad, a una niña le gusta estar con sus muñecas.

Aunque también estaba su lado creativo, les creaba muchas historias a sus juguetes. Ella era feliz imaginando.

Viviana empezo a crecer, cambio la lectura, ya que no sabía dónde conseguirla y se olvidó de ella.

O eso creía.

Viviana se refugio en los mangas (historietas japonesas) leyó millares de ellos, tantos que su cabeza explotó (no exageremos, está viva)

Pero su lado creativo aumento, comenzó a escribir historietas. Sí, dibujaba las historias que imaginaba y le ponía diálogos a sus personajes.

Le fascinaba mucho escribir los diálogos, a pesar que le daba un poco de cansancio esmerarse en el dibujo. Le gustaba hacerlo, pero era más feliz con cada frase que decían sus personajes.

Llegó a hacer como 50 historietas, de las cuales, terminó 40. Se limitó a hacer una sola la cual le fascinaba.

La llamaba:
"La profecía de las dos caras".

Tenía todo lo que debía tener una historia ¡Era apasionante!

Sin embargo, Viviana todavía se sentía vacía, a pesar de que mostrará sus historias a su hermano mayor, le faltaba algo.

La historieta no era lo que buscaba.

El tiempo pasó.

Exactamente hace 3 años y medio atrás.

Entró a su habitación y vió a su hermana menor escribiendo. Leyó su historia y le fascinó.

Entonces pensó:

"¿Y si lo hago también?"

Viviana agarró un cuaderno y comenzó a escribir una historia de fantasía.

Sí, porque a Viviana le gusta todo lo mágico y fuera de lo común.

En este caso, decidió escribir sobre Ángeles.

"Antes y después de mi muerte".

Mientras escribía su historia, descubrió a lo que se refería su mamá cuando le hablaba de las faltas ortográficas. Entonces para mejorar, se compró un libro de ortografía e incluso se bajó de internet uno de gramática. Estaba emocionada con este nuevo mundo. Así que cuando le contó a su cuñada, ella le ofreció volver a leer para mejorar y hasta le prestó un libro.

"Complemento de Silvana Berbel".

Cuando lo leyó, las puertas de la lectura volvieron a abrirse. Era impresionante como la autora hacia sentir en profundidad los sentimientos de los personajes.

Fue mágico.

Como Viviana no recordaba cual fue su primer libro, decidió bautizar a este con ese honor.

Hasta se compró el mismo y consiguió la firma de su autora. Estaba tan nerviosa cuando la vió, que no le pudo decir nada, pero tenía su firma y eso era lo importante.

En ese tiempo, Viviana era usuario de una red social llamada Wattpad. Sin embargo no la usaba, no sabía cómo. Tenía una historia de vampiros publicada con tres capítulos y nada más.

"La sangre que corre por mis venas".

La historia de Ángeles y la segunda qué estaba escribiendo seguían en sus cuadernos.

"Reencarna solamente una vez".

Pasaron cuatro meses hasta que Viviana entendió la temática de Wattpad ¡Ni siquiera sabía votar!

Nadie le enseñó lo que era un lector fantasma. Pobre Viviana.

Viviana comenzó a crecer y a animarse más. Seguir a personas, votar, leer.

Ya nada sería lo mismo.

Era feliz.

Terminó de leer su primer libro en Wattpad (Yo Os declaró enemigos) y estaba orgullosa, porque siguieron unos cuantos más.

Leía lento, pero comentaba todo.

¡Cuando de pronto!

Conoció las historias cortas.

Y se puso a llorar, la primera que leyó era para llorar (la chica de cabello dorado) todavía no entendía porque le seguía leyendo a la autora, si tiene casi todas sus historias con finales tristes.

Pero eran historias cortas, le facilitaban su lectura lenta.

Viviana no entendía por qué era tan lenta, quería ser buena y leer todo.

Incluso el spam.

Sí, era una chica estúpida.

Por suerte, aprendió la lección y sólo leía lo que podía.

No tenía por qué forzar nada ¿no?

Entonces mientras leía, la imaginación fluyó y creció más de lo debido.

Y Viviana lo llamó:

Escribir.

Oh Santa escritura, las ideas siguieron creciendo y no las pudo parar.

Tanto, pero tanto, que hasta sobrepasó a su lado lectora. Su lado escritora la golpeo como si una enorme hacha se clavará en su cabeza y no quisiera salir.

¿He exagerado?

No, mira la sangre.

¿Te lo imaginaste?

Felicidades eres un buen lector.

Hemos terminado por aquí, deja de mirar la pizarra mágica de la imaginación.

Sí, a ti te estoy hablando.

Ve a buscar un buen libro que leer, esto es solo una biografía rara.

Y recuerda esto.

Que de preferencia sea de fantasía o acción, porque a la autora ya sabes lo que le gusta. Sí, hablo de Viviana.

O sea yo.

Gracias por su atención, nos vemos en el mundo de la imaginación.

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