Cuando la campana sonó rodé los ojos sabiendo que mi siguiente clase era español. La clase en sí no estaba del todo mal, sólo tenía a Harry en ella. Harry arruina mi día y ni siquiera sé por qué. Su sola presencia me llama la atención por el camino equivocado, pero realmente no debería.
Harry Styles es a lo que llaman un "chico malo", debido a que él piensa que es tan cool por romper las reglas. No es tan genial cuando vas a la cárcel durante el verano por consumir bebidas alcohólicas en público. Él sólo me molesta hasta cierto punto. Tal vez sea porque casi la mitad de las niñas en la escuela estan tan desesperadamente enamoradas de ese idiota. No sé qué les gusta de él, todo lo que puedo decir es que tienen un mal sabor de boca. Harry es un idiota y yo podría despotricar sobre él todo el día acerca de la forma en la que insulta a la gente constantemente, la falta de respeto de cada ser viviente en la tierra y tantas otras cosas.
Sabía que me estaba siguiendo, como hacía cada día. Pero eso no fue lo peor, porque, aparte de cualquier otra cosa, nos fuimos a la misma clase, pero la forma en que lo hicimos. Agarré el pomo de la puerta y lo corrí, sé lo mal que suena esto, pero ojalá golpeara a Harry. Suena terrible, pero era mi pensamiento es honesto.
Me senté cerca de la parte delantera de la habitación en mi grupo de cuatro y luego fingí buscar algo en la mochila hasta que mi amigo vino. Cuando levanté la vista vi a Harry tomar su asiento en el grupo centro hacia mí, como siempre. Era su asiento asignado, pero no me impidió estar molesta con él por eso. En secreto, lo observé mientras ponía la tarea de anoche fuera de su mochila y garabateó su respuesta. Eso no me sorprende en absoluto, ni un poquito. Él miró su mano izquierda y empujó sus rizos de sus ojos antes de levantar la vista del papel. Sus ojos golpearon los mios como la pequeñas balas de verdes, lo ví soltar una risita antes de arrancar mis ojos de los suyos. Seguí buscando en mi mochila nada en particular, tal vez me gustaría encontrar un milagro allí. No sé, haría cualquier cosa para evitar Harry. Él me estresa.
Madeline encontró su camino hacia su asiento asinagnado junto a mí y yo le di una pequeña sonrisa. "¿Estás bien? Te vez un poco tensa," admitió y una liviana risa salió de mis labios. "Estoy bien," mentí. No podría estar bien si Harry estaba aquí. Todo acerca de él me molestaba de la peor manera posible. Disparó escalofríos por mi columna vertebral e hizo latir mi cabeza de dolor.
La campana sonó por fin, señalando el comienzo de la clase. Como he copiado mis notas de la junta me di cuenta de que los ojos de Harry estaban sobre mí en lugar de estar en la parte delantera de la clase. Puse los ojos y murmuré un insulto o dos para mí, mis ojos se dirigieron de nuevo a él. Tenía la cabeza apoyada en sus manos y estaba mirandome de nuevo. Esta es la segunda semana de clases y él ha estado haciendo esto desde el segundo día. Tal vez esta fue la razón por la que lo odiaba tanto.
La maestra se dirigió a la parte delantera de la clase y empezó a hablar, me estudió por delante de la clase y yo ya sabía la lección. Aún así yo tomaba notas, asegurandome de subrayar los términos y frases clave, mis ojos se clavaron en los de Styles. Su mochila delgada estaba acostado en su escritorio, su teléfono escondido detrás de él y estaba hablando con alguien. Puse los ojos antes de escribir algunas notas, las acciones de Harry no me habían sorprendian en absoluto. Yo no tenía las mejores calificaciones en el mundo, no soy la persona más responsable, pero al menos me esfuerzo a diferencia de él. A lo largo de toda la clase agarre a Harry ya sea mandando mensajes de texto o mirandome, sé que tiene una mirada de niño al que se supone que debe ser tomado como un cumplido, pero para mí esto fue un gran insulto.
Cincuenta minutos pasaban como una semana, pero, finalmente, la campana sonó, mis notas fueron arrugadas cuando las meti dentro de mi mochila. Madeline y yo nos trasladamos rápidamente por el pasillo en el mar de estudiantes, ella me hablaba de sus planes para el fin de semana y yo trataba de la mejor manera de escuchar a través del ruido. Al llegar al patio, ella entro en su coche y yo me dirigí hacia la rampa donde se encontraba el autobús, no tenía un coche por más que me gustaría tenerlo. Oí pasos correr detrás de mí, yo sabía que era Ámbar mientras gritaba mi nombre.