El inicio y su fin.

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En cuanto crucé la puerta del bar sentí la necesidad de mirar hacia la esquina, ahí estaba ella, inmediatamente nuestros ojos se conectaron y nos transportaron a un plano existencial más allá de este mundo terrenal, me sentí en completa paz. Su inexpresivo rostro me llamó la atención, la hacía ver aún más bella, combinaba a la perfección con su largo y lacio cabello color castaño, su esbelta figura me producía unas incontrolables ganas de abrazarla para no soltarla nunca y sus preciosos ojos cafés me terminaron de enamorar. Jamás en mi vida había experimentado este sentimiento tan singular, no creí que existiera una persona como ella, no tenía nada de lo que buscaba en una mujer pero precisamente eso me cautivó, era simplemente incomparable. Me obsesioné con ella.


A pesar de nuestra magnífica conexión no me atreví a hablarle, me senté al otro lado de la barra y me dediqué a observar detalladamente, supongo que se puso un poco nerviosa porque bajó la mirada y se quedó así por un par de horas hasta que se fue. Cómo era de suponerse, la seguí sin que se diera cuenta, caminamos un largo trayecto hasta una librería, me quedé afuera para esperarla, por fin me animaría a hablarle. Ella se encontraba en el estante de las historias de amor ¿Acaso era eso una señal? ¿Me estaba dando alguna indirecta? No lo dude ni un segundo y cuando me di cuenta estaba corriendo por toda la ciudad en busca de una floristería, quería corresponderle como ella a mí, quería hacerle saber que sentíamos lo mismo, pero todo se quedó en deseos porque cuando volví a donde estaba para entregarle las bellas hortensias que le había comprado, ella ya no estaba, se había marchado dejándome solo.


Me molestó mucho ese acto, me hirió, quise llamarla para exigirle una explicación pero recordé que no le pedí su número ¡Maldita sea! ¿Por que me ilusionó? ¿Soy un juego para ella, sólo eso? Creo que ninguna persona debería ser tratada así, en este mundo ya no quedan almas puras y honestas como la mía ¿Por qué desperdiciaría esta oportunidad? ¿Será que se enamoró de alguien más?...Bien, eso no importa mucho porque ella es mía y siempre lo será, no importa quien se interponga, lo sacaré del camino como sea.


Los días pasaban, yo visitaba constantemente el bar para encontrarme con ella, pero nunca atendía a mis citas, me dejaba plantado. Le dejé una nota con el bartender donde escribí mi número; esperé pacientemente su llamada pero nunca llamó, fui a la librería de aquel día y tampoco tuve razón de ella, me empecé a preocupar pues hace cinco días no la veía y toda clase de ideas se cruzaban por mi mente así que me decidí a poner una denuncia por desaparición. Llamé a la estación de policía y les di todos los detalles que tenía sobre ella, su respuesta fue "Señor Torres, la información que usted nos ha suministrado es insuficiente ¿Está seguro que se trata de su novia?" ¿Cómo qué si se trata de mi novia? ¿A qué se refería con eso? que gran ofensa, nadie en su sano juicio intentaría algo como eso, definitivamente la justicia es muy incompetente, tendré que resolverlo por mi cuenta.


Tal como lo había decidido empecé a buscarla por mis propios medios, cada día salía de casa a las 6:00 am para recorrer la ciudad y regresaba a las 6:00pm para ducharme y luego me quedaba en el bar hasta la 1:00am, hice de todo, lo juro, pagué a un artista para que pintara un retrato de su rostro y así poder hacer los carteles que pegué por todos lados, pregunté por ella en cada librería, incluso en las bibliotecas, fui a la morgue con temor de que hubiese sido brutalmente asesinada y abandonada en un callejón pero por fortuna no se encontraba ahí, tampoco estaba en ningún hospital o centro de salud, se había esfumado.


Me encontraba totalmente desesperado, no sabía qué más hacer, esta angustia de no volverla a ver me estaba matando, me descuidé hasta el punto de perder ocho kilos, no comía ni dormía por pensar en ella y en el millón de posibilidades sobre lo que le pudo haber pasado. Continué así por dos semanas hasta que finalmente recibí una llamada, era ella, nunca había escuchado su voz pero en cuanto habló el alma me volvió al cuerpo, encontró mi número en uno de los carteles de búsqueda que hice, inmediatamente le pregunté cómo estaba y porqué no me había contactado en todo este tiempo, le exigí explicaciones pero la muy desconsiderada me gritó llamándome un "psicópata desquiciado" ¿Como se atrevió a decirme eso después de todo lo que hice por ella? lo único que hice fue buscarla y preocuparme por su bienestar ¿Por qué todas las mujeres que conozco terminan tratándome mal y desvalorizandome? Estoy aburrido de eso, ya no lo aguanto más, volveré a recaer en mi vicio y eso no hace feliz a nadie, ni siquiera a mí que lo disfruto por unos segundos.


Creí que ella era especial, la mujer indicada pero me equivoqué, esa llamada selló su destino y no de la mejor manera; gracias al identificador de llamadas de mi teléfono obtuve su número y busqué a alguien que pudiera rastrearlo, fue bastante fácil, sólo tuve que ofrecer una ridícula cantidad de dinero que no me hacía falta y listo, obviamente hice todo el trámite de manera anónima, no soy tan idiota como para dejar mi rastro, sin embargo mi falso amor no lo era tanto, una decepción más, la muy estúpida llamó desde su apartamento, incluso pude obtener sus datos personales ¡Esa perra me estaba tentando! Creyó que era un simple juego para ella y no se imaginó lo que le esperaba, me las iba a pagar de una vez por todas.


Preparé todo lo que necesitaba para ejecutar nuestro último encuentro, cuando estuve completamente listo inicié mi pequeño viaje, al llegar al lugar donde vivía me encontré con la gran sorpresa de no verla ahí, traté de no enojarme mucho y mejor la esperé tranquilamente en su sillón de la sala con las luces apagadas para no espantarla, luego de seis largas horas por fin llegó, me emocioné tanto que corrí a abrazarla pero la desgraciada me empujó e intentó alejarse de mí, no la dejé, no podía permitir que me dejara de nuevo así que la agarré de su hermoso cabello castaño, la tiré al suelo y le até de manos y pies con una soga, también  tapé su irresistible boca para evitar que gritara, la llevé a su cuarto para tener más privacidad, la recosté en la cama intentando que se sintiera lo más cómoda posible pero esa idiota seguía tratando de escapar por lo que me vi obligado a golpearla, lo cual me dolió más a mi que ella, la besé para demostrarle que en realidad no era un mal tipo y lo que sentía por ella no era más que amor, pero la expresión de asco en su rostro me molestó aún más, me sentí despreciado y eso ya no podía tolerarlo.


Me costaba mucho deshacerme de ella, le di muchas oportunidades pero ella sólo suplicaba que la dejara ir ¿Cómo pretendía que hiciera eso? ¡Dios, esta chica estaba más loca que yo¡ Hice caso omiso a su petición y le enterré un cuchillo en ambas piernas, la besé de mientras clavaba otro cuchillo en su abdomen, le di un beso más y finalmente la apuñalé justo en la mitad de su corazón retorciendo el cuchillo para que sintiera lo mismo que sentí yo cuando me despreció. Le di un regalo sin siquiera saberlo, su muerte fue más digna y rápida que la de las otras, era lo único que se merecía por haberme hecho sentir algo diferente, las otras nunca le llegarán ni a los talones, a todas esas sucias pelirrojas tuve que descuartizarlas y tirarlas al río, no pudieron satisfacerme ni siquiera un poco, pero ella, quien se salía de mi patrón sí, lástima que no lo supo aprovechar.


La dejé ahí mismo en su cama, no quería que fuese parte de mi colección, esta vez no arranqué un mechón de cabello como recuerdo, tan sólo me fui. Regresé al bar donde la conocí, bebí hasta perder la razón, lloraba por su ausencia, por no haber podido tenerla, por no triunfar en el amor. Continué con la misma rutina por tres noches seguidas, en la última decidí despedirme por completo de ella, entre sollozos me preguntaba ¿Por qué te alejaste de mi? .


Estaba apunto de irme cuando un hermosa mujer respondió a mi pregunta: "Tal vez no pudo ver la belleza que hay en ti". La miré fijamente sin decir nada, ella sonreía y seguía hablándome, mientras yo sólo pensaba en mi interior "Por favor, otra vez no", no quería otra decepción, no quería dejarme seducir por ese espectacular cabello rojo, no quería caer en lo mismo de nuevo, pero ella insistió en seguir hablando.

Lo siento, lo siento mucho Laura, tú no fuiste la indicada pero quizá Linda sí. Adiós.

Lo siento, Laura.Where stories live. Discover now