Capitulo dos

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Era un día muy soleado y me dirigía

hacia la escuela, algo molesta aún por

lo que había sucedido en la noche de ayer. A veces sentía como sí mis padres hubiesen llegado viejos a la vida, como si jamás hubiesen sentido algo por alguien, era como sí la vida cagada me tenía que tocar a mi,¿Porque simplemente no podía tener mi novio como lo tendría cualquier niña de mi edad?,¿Porque simplemente lo de nosotros no podía ser una relación estable aceptada por mis padres? Sólo tenía muchas preguntas en mentes.

-Que tengas buen día amor.-le escuche decir pero aún seguía distraída.

-Gracias mamá.

Aproveché el tiempo en la escuela para utilizar mi móvil ya que no lo tendría de regreso a casa por el gran y exagerado castigo de mi padre. Le envíe un mensaje a mi novio que para mi sorpresa me contesto de la manera más " arisca" que hubiera podido hacerlo. No entendía el porque mi relación se estaba yendo abajo cuando yo estaba luchando en contra de viento y marea por lo que amaba. El era lo que yo quería y necesitaba en esos momentos.

Estuvimos dos horas discutiendo cuando me dijo que yo era una más en su vida. Sólo podía ver empañado los cristales de mis ventanas. Me sentía estúpida, estaba allí en el suelo llorando en mitad de la escuela por un idiota que no sabía valorar lo que tenía.

- A ver nena ¿porque lloras ?

-sólo déjame ¿quieres ?

-¿me estas pidiendo que te deje aquí, así como estas ?

- sólo quiero estar sola ¡maldita sea!

- y yo solo quiero estar contigo, ahora.

Durante unos minutos estuvo tumbando en el suelo abrazando me. Me parecía curioso como alguien que había conocido hacen a penas unos días, con el que sólo había intercambiado varias charlas,estaba ahí dándome el apoyo y haciéndome sentir como una persona.

Al pasar las horas ya me sentía mejor,dolida pero mejor.

Estábamos en la tercera hora cuando fue hacer el cambio, guardé mis libretas y saqué mi móvil, lo coloqué encima de mi pupitre y cuando me voltee ya no estaba. Como toda típica persona me exaspere y comencé a buscarla como una total desesperada. Y justo ahí estaba él jugando con mi teléfono con toda la confianza del mundo. Y me dijo que sólo me lo devolvería con una condición ... U N B E S O ... Le estaba pidiendo un beso a una persona que llevaba horas de soltera,que dudaba de sus dotes divinos para interactuar con alguien y mucho más aún para acercarse tanto a un chicho. Era una mezcla dentro de mi, éxtasis con un poco de miedo, inseguridad y sensualidad. Pero no quería ser un puta más de esas que suelen olvidar en dos horas.

Así que desistí de su condición.

- Entonces supongo que quieres que me lo quede.

- Si así lo quieres.

- Bien entonces tendré un nuevo móvil, anota mi número.

- Escucha no puedes hacer esto, no sabes que tengo detrás de mi un militar que necesita saber de mi las 24 horas del día y que ha decidido levantarme un castigo sin fecha de vencimiento. Así que dámelo.

- Mi respuesta es no. El beso y tu móvil, o simplemente nada.

- ¡Maldición!

Llegamos a nuestra próxima clase, sólo quedaban dos más, sólo pensar que tendría que actuar para poder recibir lo que quería me ponía en un bastante difícil estado de nervios.

- Bueno ¿ No piensan entrar ?

- La profesora aún no llega.

- Legnaily que te parece si me acompañas a dar una vuelta.

- Negativo.

- Aún tengo tu móvil

- Okay vamos.

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- ¿Podrías decirme porque eres así ?

- ¿así cómo ?

-Eres fría.

- Escucha, no puedes pretender que un vaso de agua en un refrigerador se mantenga en su estado natural. No puedes pedirle a una persona que sea dulce, si no lo han sido con ella.

- Me simpatizas.

- Tu no a mi.

- Me debes un beso, págamelo ahora.

-( Que es lo que se supone que haces cuando estas en apuros como ese, de seguro a mi diosa interna no se le ocurría nada). -Fue ahí cuando me arriesgue y se lo di.

Una inexplicable y exquisita sensación vago dentro de mi. Sus labios eran suaves, tanto que podría haber estado todo un día ahí. Justo encima de ellos tenía dos llamativos lunares que me atraían de una forma inimaginable .

-DEXTER Y LEGNAILY adentro.- Gritó la profesora

Jodida cagada la que me di pensando que quizás nos pudo haber visto. Entramos al salón y las miradas efusivas no faltaban. Estábamos ahí pero no estábamos,al menos no yo. Creo que fue ahí t?donde su sonrisa comenzó a parecerme hermosa. El era extraño, pero yo también.

Acabó la materia y aún seguía pensando en lo sucedido. Dexter quedó en llamarme esa noche... Quedo en llamarme esa noche . Joder no tengo móvil como demonios lo conseguiría.

Pasó la noche y llego el próximo día, y yo sólo seguía pensando en aquel simple beso,cuando de repente me topé con el mirándome fijamente, se acercó a mi y me plantó un ligero beso en los labios.

-¿ Que demonios intentas hacerme ?

- Quererte.

Estas palabras calaron muy adentro de mi. Hacia ya mucho tiempo que no había escuchado algo así. Supongo que estaba tan acostumbrada al mal trato que recibía de parte de Walter, al parecer había perdido la dulzura de ver las cosas desde otro punto de vista.

A la hora del almuerzo decidimos las chicas y yo ir hasta la tiendita en la esquina para comer. Comenzamos a recordar como nos habíamos conocido. Extrañamente cuando lo hicimos lo primero que quedó entre nosotras fueron tres apuestas. Virginia, la más reservada de las tres apostó que tendría algún encuentro con alguien totalmente diferente a ella. Una morena, con bastante corpulento cuerpo escondido bajo su ropa de cristiana. Estaría con alguien atrevido. Lia apostó cumplir su deseo insaciable con el profe de historia. Y yo... Sólo besaría aquel chico. Al recordar esto solo nos pudimos echar a reír ya que sabíamos que esto no se cumpliría, éramos muy tímidas para lanzarnos a estos precipicios.

El día paso muy lento y por fin había llegado a casa. La había pasado muy bien pero aún seguía pensando en el. Era las dos de la madrugada y aún no conseguía lidiar mi sueño. Al otro día debía levantarme temprano pues tenía varios asuntos que hacer antes de irme al colegio.

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El sol entró por mi ventana. Se comenzaba a sentir las brisas del invierno. Estuve tumbada más de media hora en mi cama, esperando una señal del cielo para levantarme. Sabía que el día sería largo, puesto que hoy tendría talleres luego del colegio. Así que no dudé más, me puse en pie y me duché. Llegue temprano al colegio a penas habían veinte personas, pero pude notar que el estaba ahí, pero quise hacer la que no lo había notado.

-Leganily - escuché decir. Era Virginia que había llegado con una gran sonrisa.

- ¿Qué tal ?

- Tengo que contarte, ayer al salir me topé con Lois y se me insinuó.

- Espera ¿Lois el de grandes músculos, sexismo de la raza fuerte?

- Ese mismo.

- ¿ Y que hiciste ?

- Nada estaba muy nerviosa

Cuando de repente tocó el timbre.

- Continuaremos en los talleres.

- Perfecto.

El gen enmascaradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora