Mi sueño.

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"Llegaré a ser tan puta como me lo proponga".
Siempre esa idea rondaba mi cabeza, venía de una familia tradicional ya sabes todos aparentemente "decentes".
La idea de coger me parecía genial, amaba la idea de cientos de miembros penetrandome
¿Qué tan difícil puede ser? En la calle todos me cogen con la mirada, es como si quisieran quitar mi ropa arrancarme las bragas y penetrarme como bestias hasta vaciarse en mí.
¡pfff! Eso me parecía tan excitante.
Meneaba mas el culo sólo por diversión, sólo por ver sus caras de estúpidos al verme pasar.
Quería ser una prostituta, ser cogida todos los días y que me pagaran por hacer lo que más amaba.
Ya antes había intercambiado sexo por favores, en la escuela a algún maestro para mantener mis excelentes calificaciones y así evitar el castigo de mis padres. También recuerdo haberlo hecho con mi primo ¡ha! Imbécil precoz.
Todo esto me parece tan divertido, con un par de suculentas nalgas podría mover el mundo.
Ahora quiero llevarlo a otro nivel, no sé como no conozco a personas que se dediquen a esto.
Caminando por la calle encontré un lugar de "esos", había una mujer en la puerta fumando un cigarrillo.
-Buenas tardes señorita
lanzó una fuerte carcajada
-¡Señorita! ¿Qué se te ofrece muñeca?
-Me gustaría hablar con quien está a cargo
Moría de nervios, quizás al entrar ahí no volvería a salir, quizás en lugar de ser libre para vender el culo alguien lo haga por mí y cobre por ser una esclava sexual para algún cabron muy enfermo. Mil pendejadas pasaban por mi cabeza mientras ella me veía con cara de desprecio.
-Pasa por aquí
Pasamos entre las putas y sus clientes, olor a alcohol y cigarro. Putas por aquí y putas por allá, ese olor a exceso.
Al final estaba el encargado un cabron chaparro sin ningún chiste, hasta cara de pendejo tenía.
-¿Qué se te ofrece?
Me dijo mientras contaba dinero
-Quiero trabajar
Volteó a verme
-Sube tu vestido y déjame ver tus nalgas
-¡Pero!
-¡Pero nada pendeja! Déjame ver tus nalgas empinate ¿Quieres trabajo no?
¡Puta madre! Me dio miedo pero accedi ya estaba ahí tenía que hacerlo
Me recargue en una mesa y le enseñé las nalgas.
Hizo a un lado mis bragas y empezó a meter los dedos ¡Puta madre! ¡puta madre! ¿Esto tenía que ser así? Cerré los ojos, no tenía cuidado me metía los dedos valiendo madre y de pronto ¡pufff! Me metió la verga por el culo de golpe ¡carajo! El dolor fue tremendo podía sentir como me partía en dos, el pinche enano ese tenía una enorme verga. Unas cuántas metidas e inundó mi culo de leche, una nalgada fue el aviso de que ya había terminado de utilizarme. Se subió los pantalones y me dijo está bien mañana empiezas.
No puedo describir lo que sentí, fue tanta mi alegría, por fin me había iniciado en lo que tanto había soñado... pero después les contaré lo demás....

#Sheinthehouse

Placentera profesión.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora