Morir viviendo.

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—¡NO! - grité -

Era la primera vez que le decía que no a André, siempre le tuve miedo, siempre fui su pequeña puta, pero algo dentro de mi me dijo que sería mala idea aceptar aunque, también sería mala idea negarse.

—¿Qué a acabas de decir?
—Dije que no.

Tomó su cinturón y empezó a golpearme en la cara con él, era la primera vez que me golpeaba con algo que no fuera su puño, lo pateé, pero eso lo enfureció más y me tomó de las muñecas tan fuerte que las lágrimas empezaron a brotar de mis ojos; me lanzó al sillón y mi nuca pegó con una de las esquinas, me mareé un poco, lanzó el cinturón y se quitó la camisa, yo solo suplicaba que no lo hiciera.

—Amor, aún no estoy lista, porfavor, espera un poco.

Aún le decía "amor" a este monstruo, que tonta.

Cállate Jane, yo hago lo que me plazca - dijo entre risas -

Mientras se bajaba el pantalón y besaba mi cuello a la fuerza, pensé: "Que vida tan miserable tengo, 15 años y estoy siendo violada por un tipo que decía amarme". Mientras bajaba lentamente mi abdomen, me petrifiqué, ya no lloraba ni pedía que parara, simplemente me quedé en blanco, dejé que me tomara y que deshiciera mi espíritu y mi dignidad a su gusto, dejé que metiera su miembro una y otra vez y yo solo...yo solo quedaba en shock, pero un ruido me regresó a la realidad.

—¿Qué mierda estás haciendo André? ¿Quién es ella?

Al principio no reconocí esa voz tan chillona y fastidiosa porque no quería pensar ni escuchar nadamás que el sonido de mi alma rompiéndose.

—Cariño, yo...

¿Cariño?

¿Esa es Jane la deprimida?

Era la voz de Sandra, una tipa de la secundaria que tenía fama entre los niños por...ya saben, ahora me daba cuenta que André también cayó en su juego.

—¿Qué sucede contigo André? ¿No habías terminando con ella?

Regresé a la vida, me subí las panties, el pantalón de mezclilla y volteé a ver a André.

—Eres un idiota - dije -

Le di un puñetazo, el más fuerte que había dado en toda mi puta vida, supongo que esa fue mi forma de decir: "Terminamos".
Salí corriendo de ahí y pedí un taxi, subí sin decir nada más que mi dirección al chofer.

—¿Está bien señorita? - dijo el señor que conducía, que por cierto, tenía un gran lunar en la mejilla izquierda.

—Si, no es nada - respondí -

Y me eché a llorar.

Cuando llegué a mi casa me saqué toda la ropa, la ropa interior la quemé y la ropa de diario la lavé, me puse mi pijama y me dí cuenta que no había nadie en la casa, pensé: "Otra vez sola", y subí las escaleras, saqué mi caja especial de debajo de mi cama y saqué un gran cuchilla, comencé a cortar mi piel mientras la música de The Clash ahogaba mis llantos y mis gritos.

Como te imaginarás, lector, nadie se enteró de lo que pasó en casa de André, más que Sandra, claro está, pero no sé lo mencioné a nadie, ni a mis amigos, ni a mamá, ni a nadie más que a la luna y a mi almohada. Quité todas mis fotos con André en las redes sociales y también lo borré de cada una de ellas, él hizo lo mismo, puso una nueva relación con Sandra, me partió más el corazón, nadie los felicitó pero tampoco los abuchearon, y yo, Jane la deprimida aún lo quería.

Que tonta estoy por querer a alguien que quebrantó mi alma.

Y eso apenas era el comienzo de una gran pesadilla.

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⏰ Última actualización: Mar 28, 2018 ⏰

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