Unique

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Su mandíbula se desencaja de lo absurda que es la conversación, sus ojos se vuelven acuosos en un instante, está seguro que las lágrimas caerían de no ser porque su orgullo es inquebrantable.

— Estás de broma, ¿no?— Las palabras se escapan de sus labios tan pronto como se forman en su cabeza.

— No bromearía con algo así, Jacob— Toda la calma que reunió unos segundos atrás se desvanece, pero no grita, es inusual para ellos hacerlo, solo está alterado.

— No lo comprendo— Realmente no lo hace, Sangyeon siempre ha sido incomprensible, complicado.

— Vamos Bae, tu y yo sabemos que las cosas últimamente no van bien entre nosotros.

Una parte en su pecho comienza a arder cuando el diminutivo acaricia sus oídos, no sabría cómo describir el sentimiento. Le quema.

Un aliento, dos alientos.

— No te atrevas a llamarme de esa forma, Sangyeon— Tres alientos. — Estás terminando conmigo.

Sangyeon es un reconocido cantante surcoreano. Lo conoció en un festival de música, cuando él fue contratado para ser su estilista. Su química surgió de inmediato, aunque ellos no lo notaron al comienzo. Jacob se recuerda a si mismo con ganas de poner sus manos sobre su bonito cuello y ahorcarlo por lo mandón y exigente que el mayor era. Por el contrario éste amaba hacer rabiar al pequeño Jacob.

Salieron esa misma noche a un club, con el resto de su equipo. Su manager y bailarines de respaldo. El cantante le coqueteó durante toda la velada y al final del día, cuando lo dejó frente a su puerta, el bajito por fin aceptó una cita.

Luego de esa vinieron muchas otras, chistes malos por parte del mayor y respuestas compuestas por ironía y sarcasmo provenientes del estilista.

Cuando más tarde Sangyeon descubrió que el chico también cantaba un poco bromeó con estar enamorado. Su relación se convirtió en una especie de comedia musical cliché. Era incluso ridículo.

Oh por dios, tú realmente deberías casarte conmigo.

¿Qué te hace pensar que quiero arruinarme la vida?— Lo divertido de las bromas de Jacob es que jamás suenan como bromas.

Vamos Bae, no puedes negar que te enamoré desde nuestro primer beso Eso no es del todo cierto, y aunque el mayor no está equivocado Jacob no piensa decírselo.

Aprieta los labios ante lo doloroso del recuerdo. Han pasado dos años desde eso. No puede creer lo mucho que las cosas habían cambiado.

Quiere entender a Sangyeon, de verdad quiere hacerlo pero no es capaz, hasta ese momento creía que estaban en la mejor etapa de su relación, y si, tenían problemas como cualquier otra pareja, pero pensaba que podían superarlo.

La culpa se vio reflejada en sus ojos. — Lo siento.

Cuatro alientos.

— Sangyeon...— No haya que decir, su cerebro no funciona correctamente. Quiere gritar, huir, esconderse.

— Lo siento, Jacob— Y se da la vuelta.

Jacob lo ve alejándose, pero no lo suficiente. Oyen un ladrido a la distancia y caen en cuenta lo que está sucediendo, ¿Cómo pudieron olvidarlo?

Bee se tira sobre Jacob sin ningún tipo de sutileza, por sus patas sucias suponen que estaba haciendo de las suyas en el jardín del menor.

Cuando comenzó a salir con Sangyeon, el más alto ya vivía con él, aunque éste era apenas un cachorro. El poodle le robó el corazón desde el primer instante en que lo vio.

the breakup | sangcobDonde viven las historias. Descúbrelo ahora