Capítulo 64

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-Habla Simon...- contestó el hombre con voz firme poniendo el teléfono en altavoz para que todos escuchen.

-Buenos dias, Simon. ¿Estás listo?- preguntó una voz firme, pero calmada.

-Mis clientes están aquí. Estamos listos.- contestó el hombre mirando a ambas mujeres.

-Muy bien, empecemos.- dijo el abogado de James soltando un suspiro. -Mi cliente pide la custodia completa de su hija.- dijo el hombre directo. -Tiene los recursos necesarios para vivir con ésta y no ve porque no puede tenerla.- expresó simple.

-¿Están conscientes de que para tener la custodia completa de una bebé de 8 meses se requiere más que simplemente recursos económicos?- preguntó Simon incrédulo.

-Claro que si.- contestó el abogado al otro lado de la línea con tranquilidad. -Mi cliente está consciente de eso y sabe a lo que se está enfrentando.

-Quiero hablar con James.- pidió Simon.

Se escuchó un momento de silencio y luego la voz de James.

-¿Si?- preguntó dudoso.

-James, ¿cómo está?- preguntó casual haciéndose hacia atras en su gran y comoda silla.

-Estoy bien, ¿y usted?- contestó endureciendo su voz.

-Yo estoy bien, muchas gracias.

Rose y _____ lo miraban confundidas.

-¿Le agrada este escenario?- preguntó Simon de repente acercándose al teléfono.

Hubo silencio nuevamente.

-Señor Brown, está confundiendo a mi cliente...- comenzó a decir el abogado de James.

-Entonces su cliente es estúpido, porque lo único que el señor Brown está haciendo es preguntando cómo está.- contestó _____ muy cabreada.

Simon sonrió abiertamente, al igual que Rose.

-Soy perfectamente capaz de responder preguntas, no soy ningún idiota.- se defendió el chico.

-Entonces, ¿por qué no respondes?- cuestionó la castaña desafiante.

-Porque se que tu abogado no está preguntando para saber como va mi día.- contestó sarcástico. Ya estaba molesto.

-Ambos cálmense.

Intervino el abogado de James.

-De hecho...- habló Simon. -Si le pregunto para saber como va su día y como se siente con esto.- confesó.

_____ y Rose fruncieron el ceño y estaban seguras que los receptores también.

-¿Le gusta este ambiente y toda la tensión?- preguntó retórico.

-No.- contestó el chico redignado. Rodó los ojos.

-No...- repitió Simon, saboreando la palabra. Tomó un juguete de masilla y comenzó a masajearlo con ambas manos mientras volvía su espalda hacia la gran silla y miraba hacia arriba con los ojos entrecerrados, disfrutando del monosílabo que había pronunciado James.

Iba a hacer su próxima jugada.

-Entonces... Si no le gusta, ¿por qué lo hace?- preguntó simple. -¿Por qué... Viene aquí, crea un ambiente hostil para la madre de su hija, la cual sabe perfectamente bien que puede cuidar a la bebé hasta mejor que usted, la cual hace lo posible en su jóven vida para sacarla adelante con usted ahí presente, DE MANTENERLO A USTED PRESENTE EN LA VIDA DE SU HIJA A PESAR DE QUE USTED NO QUIERA?- dijo esto último poniéndose de pie y alzando un poco la voz.

Madre a los 15Donde viven las historias. Descúbrelo ahora