La triste historia de la familia Gonzales

CAPITULO 1

Un pueblo lejano vivía en una casa empobrecida Vivían en una casa humilde muchas veces pero para la familia era perfecta y tenía una otra cosa, la familia contaba con una mujer llamada Eugenia Gonzales, era de 20 años ella era pelirroja de tés bronceada y con ojos verdes esmeralda bien redonda y pestañas un poco larga que se usaba un vestido celeste con flores dibujadas ese vestido era su favorito porque se había casado el marido por su casamiento y era ama de casa, el marido Bastián Gonzales, edad 23 años de años buenos bronceada con los ojos rizados y los ojos celeste el vestido un pantalón de cuero y una camisa de algodón con un chaleco de piel se trabaja en las minas, y su pequeña bebe Esmeralda Gonzales, ella era como el ángel de la familia como una estrella del cielo, como una luz dentro de tanta oscuridad,tenía solo seis meses pero parecía de un año tenía una gran inteligencia, y una gran belleza era rubia con pequeños rulos como su padre y tenía unos ojos verdes esmeralda como su madre tenía un lindo vestido rosa con puntitos blancos.

Una mañana como ellos se levantaron para empezar su día, Esmeralda estaba sentada en su sillita comiendo su comida y Bastían estaba leyendo su periódico y Eugenia estaba sirviendo el desayuno. Al terminar de desayunar, Bastián se fue a trabajar y Eugenia a seguir con su caso sin pecado antes de poner en una esquina en el corralito. Cuando iba a terminar se dio cuenta de que la batería no se vendió por qué fue el bolso para llevar y agarrar su monedero y fue a agarrar a Esmeralda, cuando iban por el mercado que estaba lleno de gente y vendedores de mar, cuando de repente un grupo de ladrones armados se acercaron y empezaron a disparar a un muerto y decir que querían todo lo que tenían.

ella trata de correr entre la multitud que intentaba escapar desesperada mente, pero uno de los ladrones que estaba intentando robar uno de los puestos, la atrapa y el poder hacer nada, el ladrón le quito a Esmeralda de sus brazos, ella al ver eso El juego que le dio la vuelta a la vida fue lo que le dio la vuelta al bolso, ya que el arma estaba apuntando a la niña, y Esmeralda lloraba desesperada mente, pero antes de que pudiera darle el bolso a alguien al ladrón, pero al escuchar el disparo el ladrón se estaba corriendo y así llevándose a una Esmeralda consigo.   

     Capitulo 2  (Bastián)

Una vez que me he ido a la casa para el trabajo sin pecado antes de mi esposa y mi hermosa hija no puedo decirme con las palabras lo mucho que las amaba a las dos son la luz que me ilumina mis días la razón por la que me despertaba no me imaginé una vida sin ellas, así que con gran felicidad me fui a trabajar. Cuando estaba trabajando, me llego  un mal presentimiento de que algo malo estaba pasando, pero lo ignoro y seguí trabajando, cuando estaba preparando para irme, un compañero me avisó que el jefe estaba llamando por lo que preparaba mis cosas y me fui a ver un mi jefe

Una vez que llegué a su oficina el jefe me hizo sentarme, estaba muy nervioso si el jefe me llamaba solo por cosas importantes, tenía una razón por la que el jefe me dijo que necesitaba una mina en otro país y que me enviaba a mi porque era su mejor momento, me decía que allá me daría un mejor sueldo una casa para mí y mi familia, a mí me gustó tanto que la idea por lo que acepta inmediatamente.

Felizmente camine de regreso a mi casa feliz de contarle la excelente noticia a mi mujer, pero cuando llega nota que algo malo fue pasando en el pueblo que nunca corrió como nunca ante mi casa, porque el mal presentimiento que tuve en la mina volvió y sentí que era porque algo malo le avía pasado mi familia, sentí como mi corazón palpitaba tan fuerte que parecía que iba a salir de mi pecho, cuando llegó el mal presentimiento de un aumento aún peor sobre todo cuando mi hermosa mujer salió a abrirme con esos hermosos ojos verdes esmeralda que iluminaban mi vida y las cuales here here mi hermosa hija Esmeralda. Todos hinchados y rojos y cristalizados por las lágrimas, tan pronto como me vio saltar a mis brazos y no dejar de llorar desesperadamente,