Capítulo #2 : ''Willbrian''

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Hardrocket

Desde casi siempre ha sido conocido como un barrio famoso en Beaver de un singular estilo bohemio el cual no encajaba con el característico ambiente country del pueblo, lo cual resultaba atractivo para los amantes de la vida nocturna del lugar y l...

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Desde casi siempre ha sido conocido como un barrio famoso en Beaver de un singular estilo bohemio el cual no encajaba con el característico ambiente country del pueblo, lo cual resultaba atractivo para los amantes de la vida nocturna del lugar y los siguientes a este, cuna de varias cantinas, clubs y bares con un estilo diferente en cada uno de ellos pero el corazón de este barrio pertenecía al no tan viejo ''Willbrian''; un bar-café caracterizado por el pasional jazz y el melancólico blues que habitaba en cada esquina del lugar que a su vez se esparcía como el humo de los tabacos pertenecientes a los que se reunían a pasar un buen rato así escapando de la estirada rutina en busca de algo diferente.

 Atrevido era palabra con la que describían al bar-café desde que sus puertas fueron abiertas en 1970 recibiendo elogios al igual que críticas a lo largo de los años. El olor a café pasado, tabaco y amaretto inundaba las fosas nasales de cada visitante mezclado con el millar de historias que se contaban en él; alegría, amor, pasión y despecho que amenamente se enlazaban con la música donde cada persona que se presentaba a tocar en ''Willbrian'' compartía un pedazo de su corazón o como algunos parte de su pasado al igual que lo hacía Heremaya; un hombre humilde, noble y alegre por naturaleza dotado de un gran barítono además de una increíble habilidad con la trompeta y el fliscorno, tío paterno y tutor de un pequeño de brillantes ojos verdes al igual que él; similares a dos esmeraldas, el cual lo acompañaba a tocar todos lo viernes por la noche a pesar de su edad, convirtiéndose en uno de los atractivos del lugar ''un niño prodigio'' lo llamaban muchos causando en él un gran desagrado que lo hacía notar frunciendo levemente su entrecejo junto a un disimulado puchero. 

Harry era tan unido a su tío que se creía que su talento lo heredó de él y que el jazz corre por sus venas inspirado en aquel hombre que tres años más tarde a una semana para el décimo primer cumpleaños de Harry su vida fuera arrebatada por un infarto debido a la  microcardiopatía o como se lo conocía: Síndrome del corazón roto. Repetidas veces el trompetista demostraba su estado de ánimo con la melodía de su fiel compañera la cual comenzó a tocar a principio de año letras melancólicas y melosas escrita con puño tembloroso en una pequeña libreta de cuero café dejando a la luz del bar cuatro de ellas que narraba la historia de un viejo amor ''Aunque te hayas ido, tu corazón y el mío se encuentran cada noche a escondidas de nosotros mismos en aquella vieja cantina de New Orleans'' ''En mi lecho de muerte desearía por última vez escuchar tu voz diciendo que eres mía  y con mi último suspiro recordarte que siempre fui tuyo'' aquellos versos escritos con despecho inundaban esas hojas beige marcadas por alguna que otra gota traviesa de café que noches después de recuperase de su tercer infarto Heremaya había cantado a la luna que esa vez se situaba en lo  más alto causando un brillo inolvidable sobre él; según recordaba Harry, mientras que ese niño curioso de diez años se ocultaba en la sombra de la noche en silencio para escuchar a aquel hombre de vista nublada de lágrimas que pronto acabarían por salir causando que el interprete de ''Silence of the waining moon'' se doblara colocando su trompeta en el suelo para así poder restregarse los ojos bajo la mirada triste del niño quien en ese mismo momento hacía una promesa en silencio, encontrar una cura para aquella enfermedad «Una palabra difícil de pronunciar» se quejaba inocentemente. «Ella tiene la culpa» culpó a aquella mujer que nunca conocería sino fuese gracias a esas canciones que el había escuchado escasas ocasiones y algunas otras que había descubierto a escondidas después que su autor dejara olvidada su libreta encima de algunas cintas de Miles Davis, Chet Baker, Charlie Parker y alguna que otra de Frank Sinastra. «No por nada lo llaman el síndrome del corazón roto» Declaró con enojo y tristeza al recordar aquel intento del cardiologo de utilizar palabras simples para que Harry pudiese entender, aunque el caso era más complejo de explicar: ...El señor Heremaya Styles tiene un corazón tan grande como su amor que se ha comenzado a romper...

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N/A:

¡Hola!

Espero les guste

Los ama y siempre lo hará

❁Valentina❁ 

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