ES EL BIEN QUE HACE MAL

Despertó, como siempre. Mitad de la noche y de nueva cuenta solo, acompañado solo por la luz de la luna que se filtraba a través de la ventana y la esencia casi fresca de su alfa, se restregó contra la mullida cama esperando engañar a su cuerpo por la ausencia del azabache, como siempre fue en vano. Harry se sentía un idiota por aceptar todo aquello, pero no podía evitarlo, lo amaba, tenía que amarlo quisiera o no.

¿De dónde viene, la emoción extraña...

Que me fascina, tanto como me molesta?

Del otro lado de la ciudad, un oscuro y desolado callejón era el escenario de otro de los múltiples crímenes que serían noticia, una vez que el sol saliera e iluminara la escena de aquel alfa búlgaro destripado y con la cabeza casi cercenada.

Me estremezco desgarrado por lo bello.

Es como el alma, el cuchillo;

La herida atraviesa mi corazón,

Y tengo la alegría, el dolor.

Y es que aquello era el encanto de Tom, el dejar a sus víctimas con las cabezas casi decapitadas donde un leve movimiento de los forenses o la policía las harían caer. Una metáfora tan literal donde expresaba lo que él era, un alfa que perdió la cabeza hace mucho tiempo

Me embriago de este veneno

Como para perder la razón.

-Uno menos...- Suspiro aliviado, tomando un poco de sangre entre sus dedos dio el toque final a otras de sus obras maestras al delinear su firma en la mugrienta pared.

"I'm Lord Voldemort"

Una vez listo tomo su equipo de casa y huyo antes de que la luna o el sol jugaran en su contra y descubrieran su obra antes de tiempo.

Es el bien que hace el mal

Cuando amas eso es normal.

Una vez en casa guardo todo su equipo en su cuarto privado en el ático, aquel donde solo él y su omega tenían acceso, quemo la ropa ensangrentada y en total desnudes se retiró para ir en donde su omega descansaba. Esperaba que siguiera durmiendo para poder darse un baño rápido y acunar al pequeño en sus brazos, pero al entrar este le esperaba sentado en la cama, con los brazos cruzados y unas intensas lágrimas bañando su rostro.

Tu odio te complace,

Es tan bueno sufrir...

Cede al encanto, libera tus lágrimas...

-Harry...- Se acercó a la orilla con gran cautela, parte de su cuello, cara, torso y manos estaban manchadas de sangre y sabía que eso podía asustar al castaño, otra vez.

-¿De nuevo Tom? ¿Enserio?- Reprocho dolido, no sabía porque seguía con eso, siempre la misma rutina que al final terminaría perdiendo en otra reconciliación carnal con su alfa, no tenía opción, le pertenecía.

Es el bien que hace el mal

Cuando amas es trivial, tú pena.

-Sabes que no tengo opción...- Siseo Tom, su tono tan viperino cual serpiente, aquel encanto salvaje que dejaba a Harry como un pequeño ratoncito recién cazado. –Lo hago por él...- Trato de alcanzar el vientre del castaño y acariciar la ligera curva que se formaba contra las sabanas, pero este se apartó cuando vio la mano manchada de sangre.