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Cap 2. Empire State

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"Lo que no sabía en ese momento era que mi tiempo en la cafetería no era eterno, y que tendría que salir nuevamente a la calle a quitarle la cadena a mi bici e irme, simplemente estar en esa cafetería me encantaba, normalmente gente que podía considerar amiga frecuentaba ese lugar, y, por supuesto, tu, mi crush, la noción del tiempo no existe en este lugar con tal de ver el verde en tus ojos, es solo, inexplicable..."

Música clásica sonaba en todo momento, un perpetuo nudo sin desenlace, solo Joyce, su Mac, y su café. Todo era de la manera que la muchacha quería que fuese, pues, de algún modo, nunca lo había probado distinto. Sorbía con cuidado la taza de café que se encontraba frente a ella, se conocía lo suficientemente bien como para saber que podía desparramarlo todo en cuestión de milésimas de segundo.

—Jake, ven—podía sonar imperativo, pero para amortiguar este efecto, Joyce sonrió dulcemente al finalizar la frase.

Un chico con el pelo lacio y frondoso se dejó ver tras la barra, que, no como en otros restaurantes, vestía casual, con una camisa a cuadros igual que la mochila de Joyce, cuadros verdes y negros que combinaban bastante bien con sus pantalones vaqueros, de un color azul oscuro. Su expresión era de las que demostraba que su seriedad ocultaba más de una historia, en realidad ninguna, pero Joyce siempre contaba este dato para darle un toque forense. El pelo le llegaba hasta los hombros con un cierto deje ondulado, al igual que su flequillo, que se peinaba con cuidado hacia la derecha dejando al descubierto su frente.
Era un chico bastante joven, igual demasiado joven para trabajar, su edad era bastante irrelevante, ya que los empleados debían ser mayores de 17 años por alguna razón en particular que Joyce nunca entendió.

—¿Si?—su tono, a diferencia de los demás empleados, no sonaba ni borde ni alguna otra cualidad negativa, simplemente sonaba curioso, alegre. Apoyó ambas manos en la mesa de Joyce y miró junto a ella el ordenador, pensando con recelo que querría, ya que estaba en el menú de Windows y no había gran misterio ahí.

—¿Que estamos mirando?

—¿Eh? Ah, nada, es solo que quería preguntarte de nuevo sobre...—la reacción de la joven fue rápida, miró fugazmente hacia la mesa en la que se sentaba su amor platónico y de igual manera empezó a susurrar, como si temiese que fuese a oirla.

—¿Alguna novedad?—puso una extraña mueca de dolor al terminar su frase, temiendo que Jake fuese a comentarle que era una cansina.

—Se muestra tan indiferente como siempre, solo mira Twitter, me da su orden, y sigue mirando el móvil sin dar gracias ni nada, no es que me moleste, ni mucho menos, soy así, eres así, ella es así, todos somos así, pero, entiendeme, nunca va a haber novedades, bastante me costó darte su nombre, ya sabes que a la gente le puede cabrear.—murmuró, un tanto irritado, pero sin dar indicios de ello.

—Si, me sé su nombre, Gemma, pero, ¿en que ayuda eso?

—Por algo tendrás que empezar, es como una escalera.—Jake era el único que conocía de la existencia de la homosexualidad de Joyce, le daba era indiferente, cada uno podía desear lo que quisiese, incluso se alegraba por ella, porque sabía que con constancia podía llegar a estar al lado de Gemma, y eso le haría de algún modo feliz, no de una manera arrogante, como: "hey están juntas gracias a mi", sino de "ayudé pero ella lo hizo casi todo y ahora están felices".

—Va, descripción gráfica, ¿cuantos escalones?

—Los necesarios para llegar al piso más alto del Empire State empezando desde la planta baja.—sonrió.

—Ay, esto no lo veo, no nos veo juntas...

—Hey, seguro que lo logras, ten en cuenta que el tío que menos tardó en llegar al piso más alto tardó 1 hora.—eso consoló a Joyce, aunque no la dio esperanzas de estar con ella.