a sad smile.

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I’m friends with the monster

Sudaba.

That’s under my bed

Se movía. Podía sentir a la muchacha que bailaba con él restregarse en su entrepierna de forma exagerada.

Get along with the voices

No le importaba realmente. Era nada. Sabía, de alguna manera, que tomaba la cadera de esa chica y escondía su cara en el cuello femenino. Sentía que ella sudaba, que estaba excitada, pero él no sentía nada.

Inside of my head

¿Copas de más?

You're trying to save me, stop holding your breath

Sí, copas de más. Tal vez la gente lo miraba, tal vez no. Tal vez Harry, quien lo había acompañado esa noche a Funky Buddha, negaba en desaprobación, tal vez no.

No lo sabía.

And you think I’m crazy

Y no le importaba.

Había sido una semana bastante dura para ellos. Entrevistas, los conciertos, fans. Tenían que enfrentarlo todo el tiempo y lo sabían, pero el leg de Estados Unidos del Where We Are Tour había sido especialmente tedioso. Sobretodo esa semana.

Tenía derecho a relajarse, ¿no?

Siguió bailando al son de uno de los tantos remix de aquella canción de Eminem, The Monster. Pero hasta él, con demasiado tequila en la cabeza, sabía que lo que hacía con esa muchacha ya no era ‘bailar’. Era prácticamente sexo con ropa, pero a Liam le dio igual, no era el primero, ni sería el último.

Era sorprendente cómo tomaba todo con tal facilidad. Le gustaba creer que era una de sus cualidades: no complicarse. Sí, algunas veces había llegado a revolucionar redes sociales al mostrarse preocupado por situaciones, o sólo aclarando rumores; alguna vez le importó, pero ya había aprendido a que le diera igual.

—Liam —escuchó a alguien decir su nombre en medio de la euforia del club.

—Mm —rezongó.

—Vámonos —habló fuertemente Harry para ser escuchado entre la multitud.

—Déjame en paz —Harry sólo rodó los ojos.

—Ya estás borracho.

— ¿Y? —respondió. No estaba actuando como caprichoso, era sólo la forma en la que se trataban a veces con el chico de ojos verdes.

— ¿Y? Hay paparazzi —respondió con simpleza.

Liam soltó a la muchacha y arregló su camisa. La chica gimió en disgusto.

— ¿Adónde vas? —preguntó.

— ¿Adónde crees?

—Pero la estábamos pasando bien —dijo ella con voz melosa.

Harry sólo se limitó a pararse allí sin decir nada. Sin querer observar, pero haciéndolo; sólo para saber cómo se desenvolvía Liam de la situación.

—Entiende, linda —No parecía esa su voz entre tanto vodka—. Ya es hora.

Y avanzó con el chico de rulos hacia la salida.

— ¡Llámame! —gritó ella.

—Claro —dijo el oji-café guiñando el ojo.

Era obvio que no le llamaría.

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⏰ Última actualización: Jun 20, 2014 ⏰

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