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Finalmente habían llegado. Después de unos veinte minutos de viaje y unas doscientas mil quejas por parte de Jisung habían logrado encontrar el lugar en el que vivirían durante los próximos meses.

Tras pasar por aquel restaurante habían seguido conduciendo hasta que llegaron a un pequeño pueblo, formado por una plaza, una calle principal y un par de casas y locales. Chan redujo la velocidad y avanzaron por un rato hasta que lo encontraron. Un edificio con un dibujo del escudo que llevaban los superiores en su uniforme. Se trataba de un pequeño hotel, que obviamente había sido abandonado hace varios años. Parecía recién salido de una película de vaqueros.
Frente a este aparcaron el vehículo.

— Chicos, ¿y si vamos a investigar? Quiero ver como son las demás casas, y el bar que hay al final de la calle, y el banco, y la tienda de ropa y... — dijo Felix sin poder ocultar su alegría, pero fue interrumpido por Chan

— Felix, entiendo tu emoción, esto es todo muy nuevo y tal, pero primero hay que llamar a la central e informarles de que hemos llegado para que nos den instrucciones de lo que tenemos que hacer durante las próximas semanas. — habló el mayor mientras bajaba del todoterreno.

— ¿En serio vamos a escuchar a los de la central? ¿Después de todo lo que Felix nos contó vamos a confiar en ellos? — preguntó Jisung incrédulo mientras sacaba el equipaje del vehículo.

— No digo que confiemos en ellos, pero no podemos levantar sospechas nada más salir de la base. Sobretodo tú, Felix, probablemente estés en el punto de mira.

— Ya hablaron conmigo cuando pasó lo de mi padre y me hicieron preguntas para corroborar que no sabía nada. Luego me dijeron que había muerto en un accidente, yo actué como si estuviese sorprendido, lloré un poco y me dejaron en paz.

-Lo sé, pero como dices tú, Jisung, no podemos fiarnos de ellos. Simplemente hagamos que cumplimos sus órdenes por un tiempo, hasta que sepamos con certeza qué hacer — dijo Chan y los menores asintieron, dándole la razón.

— De acuerdo, Felix ayúdame a llevar esto dentro. — le pidió Jisung pasándole una de las cajas con armamento que tenían en el coche.

Tras sacar todo su equipaje del todoterreno entraron al edificio. Aunque por fuera parecía estar abandonado y al borde del derrumbe, el interior se encontraba en perfectas condiciones, como si aún estuviese habitado.

La recepción estaba limpia, con muebles barnizados y de aspecto lujoso, además de un suelo de mármol en el que podías apreciar tu reflejo. Si en algún momento habían tenido dudas sobre si se encontraban en el lugar correcto, estas acababan de desaparecer.

Frente a ellos había un mostrador, y sobre este, a parte de algunas cuantas flores y un ordenador, se encontraba la radio que utilizarían para comunicarse con la central. Detrás de esta, en la pared, había colgadas varias llaves que, Felix suponía, pertenecían a las habitaciones de aquel lugar.

Era bastante extraño, pasaron de estar toda su vida encerrados y bajo el control de los superiores a ser parte de ellos y vivir por su cuenta en un hotel de lujo. A Felix le parecía que estaba soñando.

Miró a Jisung, que se encontraba igual de sorprendido que él. Sin embargo, al mirar a Chan, vio como este se acercaba al mostrador con paso decidido.

— ¿Qué haces? —preguntó Jisung al notar el movimiento del mayor.

— Voy a llamar a la central ya, probablemente al irnos Minho les avisase y si no llamamos ahora creerán que nos ha pasado algo o que les hemos traicionado. — al decir eso miró a Felix e hizo una pausa.— No creo que les haga mucha gracia el venir a ver dónde estamos y que nos encuentren aquí, teniendo como excusa el que "queríamos ir a explorar y se nos olvidó contactar con vosotros".

NEW DAYS [Changlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora