Sacrilege

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Por fin, despues de mucho tiempo puedo publicar esta historia. 

Espero que aun haya amantes del AkaFuri y en general de knb, pero imagino que si estan aquí es por que son fieles. 

Para poder tener un mejor entendimiento les recomiendo leer la primera historia de esta SAGA "My angel-My human" de KagaKuro.

Así que sin más espero que disfruten, comenten  voten. 

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"Todo demonio siempre saldrá del infierno en busca de un ángel"

Akashi se encontraba sentado en la cima de la torre de Tokio, dejando que sus hermosas alas se extendieran con libertad a sus costados, mientras observaba la ciudad con mirada perdida, las calles, las luces, los edificios y los autos de los transeúntes nocturnos que arriesgaban sus vidas por una aventura de una noche. Ojalá él pudiera ser tan libre y sin repercusiones.

Suspiró sintiendo como su rojizo cabello era movido plácidamente por el viento y miró al cielo, el firmamento se extendía con fervor y brillaba adornando la oscuridad... Recordó entonces a aquel tonto Angelito que quiso ser humano, Kuroko, idiota ¿Qué será de su vida? Había perdido todo lo que quisiera tener, por estar con un mísero humano, por amor... ¡Puag! ¿Amor...? ¿En serio era tan genial como había escuchado decir? Cerró los ojos y suspiró precipitándose hacia abajo sin mayor preocupación de detener su caída, la torre era bastante alta, lo suficiente para pensar cómo salir de su monotonía...

-Podría hacerme humano... Si quisiera. –Murmuró en plena caída libre y súbitamente abrió sus alas de golpe, quedando a poco menos de un metro del duro asfalto y se acomodó de manera que pudiera caer de pie.

Una vez en el suelo escondió sus alas con un deje de pereza y metió sus manos en sus bolsillos.

–Pero primero tendría que cambiar mi ropa. –Dijo al mismo tiempo que chasqueaba sus dedos cambiando su camisa por una formal de color rojo como su cabello y agregando una corbata negra que dejó algo suelta; Volvió a chasquear los dedos cambiando así su pantalón por uno de paño igual color negro, para después colgarse un saco elegante al hombro de manera casual. Así parecería más humano, podría imitar la trivial vida de uno de esos pobres seres inferiores.

Caminó por el centro prestando atención a cada una de las personas que se agrupaban y caminaban para entrar a cualquiera de la infinidad de pubs que había en el poblado lugar, el ambiente estaba contaminado por el olor a cigarrillo, alcohol y otras sustancias... De verdad que la humanidad se estaba denigrando, por eso no valía la pena ser uno de ellos, pobres almas sin propósito, se destruyen solo por pasar un buen rato. Memento mori...

Al final Akashi se decidió por entrar a uno de los tantos bares, el que más contaminación auditiva generaba, solo para ver qué era lo que tanto llamaba la atención de la gente, deberían servir algo muy bueno, quizá tragos extravagantes, comidas deliciosas, pero no... Sexys meseras, buena música y una variedad de alcohol era lo que caracterizaba estos lugares, no demoró mucho en darse cuenta y solo se sentó resignado, con un vaso de absenta entre sus manos para disimular su escaso interés en esa clase de sitios. Que aburrido, seguro que eso era lo único que las personas sabían hacer...

-Hola, guapo. –Una mujer de busto sobresaliente se sentó a su lado restregando su voluptuosidad contra su brazo. Los ojos heterocromáticos de Akashi divagaron por las pronunciadas curvas de la mujer sin mucha atención. Solo hizo un movimiento rápido de cabeza a manera de un simple saludo y bebió del vaso tratando de hacerse el interesante, aunque mantuvo el líquido en la boca, ni intenciones tenía de tragarlo. -¿Me invitas una copa? –Por el señor... ¿La gente siempre era así de descarada?

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