Home [Larry Stylinson L.S.]

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El tiempo es un ilusión que comanda esta vida; si tan solo tuviera una última oportunidad de hablarte, ¿me concederías ese deseo? Mis ganas de verte son fuertes, mi corazón te pertenece solo a ti... pero mis latidos cesaron.

Qué pesar...

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Confesaré algo; te amo y no sé desde cuándo he sentido esto, me encantas y me gusta esa sonrisa que tienes; es una lástima que no sea capaz de apreciarla una última vez.

Quemaré mi cuerpo junto a esas cartas que he estado guardando; desaparecerán sin dejar rastro alguno de lo que alguna vez tuve a mi disposición de cuando te conocí y, aunque este no sea un final agradable, me aseguraré de siempre hacerte sentir como en casa.

Por siempre en mi corazón,

— Harry Styles.

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La noticia acerca del incidente que ocurrió hace una semana se transmitió a televisión mundial; no sabían con exactitud qué o quién fue el responsable de tal terrible acontecimiento, pero las suposiciones eran una sobrecarga al sistema del cableado que sostenía el pequeño edificio, quemándolo por completo.

Harry era un residente de ese edificio, por lo cual, gracias a la extensión del fuego, fue incapaz de escapar. Lo había acorralado la muerte. En sus últimos minutos aprovechó para pensar en un par de cosas controlando el pánico; el tiempo está fuera de quicio.

Y cuando sus pulmones dejaron de funcionar, envió instantáneamente el mensaje de texto que tenía minutos antes preparado como una segunda posibilidad de morir.

Aunque no era su mejor mensaje, por lo menos fue capaz de confesar tales sentimientos que sentía hacia cierta persona.

Sus fuertes emociones lo llevaron a quedarse en esta tierra, encadenado; tenía asuntos pendientes que resolver, así que la vida o quién sabe qué haya sido le dio una oportunidad. Lo que antes fue alguna vez un humano, ahora era un ángel con tiempo definido, y ese tiempo no era mucho.

Cuando abrió los ojos se encontraba sobre las ruinas del mismo lugar donde había muerto, sintiendo como unas grandes alas se extendían a sus lados y, aunque trató de no sorprenderse, el sentimiento fue inevitable de contener.

El lugar estaba restringido y aún habían policías en busca de la verdadera causa; este ángel no era capaz de ser visto por los mortales y, aunque pensaba que era un simple sueño, no desaprovechó en revivir esa última calidez que solía recordar yendo en busca de esa persona que alguna vez alegró sus días en silencio.

Todo iba tan normal, nada cambió... ¿en verdad estaba vivo? ¿era un ángel o solo es un sueño? A pesar de que todo lo sentía tan real, no podía evitar cuestionarse entre ratos tales posibilidades.

Parecía un fantasma; incapaz de ser visto, incapaz de tocar.

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"Gran Accidente en la Cuarta Avenida"

Aquel título podía ser apreciado en la mayor parte de los canales de televisión esa tarde. Louis estaba sorprendido, jamás había visto algo así, tan increíble, tan violento.

Su celular sonó, distrayendolo de aquel horror emitido. Se apresuró a tomarlo, pensando que se trataba de algún compañero de clase con un nuevo panorama aquella noche, sin embargo, no era lo que esperaba, sino que se trataba de un mensaje de texto proveniente de un chico de una clase menor, un pequeño que solía sonrojarse con su presencia a menudo.