✽。Mine, Yours, Our | KaiSooHun

Nuestro.

Título: Mine, yours, our.

Pareja: KaiSooHun

Palabras: 4871

Género: Smut

KyungSoo no esperaba salir con tremenda belleza colgado de su brazo. Pero ahí estaba, luciendo como el caballero que era frente al precioso joven; abriéndole la puerta del copiloto, dedicándole una y mil sonrisas coquetas.

Alrededor de metro ochenta y algo, facciones marcadas y delicadas, piel nívea que podía competir contra la nieve, labios color cereza y como olvidar ese culo redondo y respingado que sobre salía: KyungSoo se había ganado la lotería.

Esas ganas que se tenían se podía sentir en el auto, las manos traviesas del joven de piel nívea que se colaban en el muslo del contrario o los besos robados de KyungSoo hacía el menor, al momento que el semáforo se ponía en rojo.

Uh sí.

Entre tropezones, besos, toqueteos y unos cuantos gemidos lograron ingresar al departamento del mayor.

Luces apagadas, silencio sepulcral; sin contar los gemidos y suspiros que salían de los labios de ambos. Era una noche tranquila, negra, tan negra que ni la luna se hacía presente. Una noche donde KyungSoo disfrutaría del delicado y precioso cuerpo de ese ser irreal que estaba deshaciéndose en gemidos en sus brazos.

— Se todo lo escandaloso que quieras, no calles tus gemidos ⏤ gimió en sus labios ⏤ mi compañero no viene hoy, estaremos solos tu y yo ⏤ volvió a gemir.

Una sonrisa se coló en los labios del pelinegro, deslizó sus manos al cuello de su amante y entrelazo sus dedos.

— ¿Harás que vea las estrellas, esta noche? — preguntó coqueto.

— Verás una galaxia entera, amor —.

Y esos labios gruesos atacaron la piel desnuda del cuello de su amante. La de gusto; dejándole marcas de mordidas, como un camino de besos húmedos. Probablemente al día siguiente tendría marcas violáceas, pero que importaba.

La necesidad de marcarlo como suyo era gigantesca, tan grande que no le importo empotrar al joven de cabellos azabache contra el mármol del desayunador. Sus labios bajando desde su cuello a sus clavículas, sus manos recorriendo su espalda delicadamente y azotando una de sus palmas contra el redondo trasero luego de juguetear descaradamente con él.

Ese juego de caricias, mordidas como de gemidos, solo causaba que sus erecciones se notaran aún más en ambos cuerpos. Los largos y delicados dedos del menor se deslizaron al cierre de los pantalones ajenos, deslizándolo lentamente, torturando al mayor.

Esos traviesos dedos ingresando dentro del pantalón jugando sobre la tela del bóxer. Llevándolos de arriba hacia abajo, causando miles de sensaciones. Un gruñido fue la respuesta que KyungSoo le dio al menor; le encantaba que su amante fuera atrevido, que estaba dispuesto a hacer lo que se le pidiera.

— Vamos cariño, pruébame ⏤ Soltó en un gruñido.

Sin esperar que se lo repitieran dos veces, se hinco frente a él, mientras KyungSoo dejaba al aire libre su miembro, con una increíble experiencia tomo el miembro entre sus manos y comenzó con su labor. Lo lamió desde la base hasta la punta, jugando con sus testículos, llevando al mismo cielo al mayor.

Los gemidos comenzaron a aparecer, causando una sonrisa en SeHun.

Poco fue el tiempo que había transcurrido, cuando KyungSoo tomo entre sus manos los cabellos de SeHun tomando el control de sus embestidas, follándole la boca una y otra y otra vez. Ese pedazo de carne salía y entraba lentamente, como fuerte y rápido, manteniéndose aún tan duro como una roca.